Una década después, Eduardo Rivera volverá a ser presidente municipal de Puebla

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Éste es un breve perfil que recoge parte de la trayectoria de Eduardo Rivera Pérez, virtual presidente municipal electo de Puebla: su trayectoria, su relación con el gobernador Miguel Barbosa Huerta y las dudas que persisten sobre su política de derechos humanos en la capital.

MARIO GALEANA | @MarioGaleana_

El candidato Eduardo Rivera Pérez, abanderado de una amplia coalición que reunió a cinco partidos políticos, se perfila para ser presidente municipal electo de Puebla con casi 300 mil votos.

Ésta será la segunda vez que Eduardo Rivera sea alcalde de la ciudad. Su primer trienio como autoridad fue el de 2011-2014, una época marcada por una disputa política contra el gobernador de entonces, Rafael Moreno Valle.

En las elecciones de 2018, Rivera trató de ser presidente municipal, pero fue vencido por quien, paradójicamente, este año cayó frente a él: la actual alcaldesa con licencia y candidata de Morena-PT, Claudia Rivera Vivanco.

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Eduardo Rivera nació en Toluca, pero antes de los 20 años se mudó a Puebla para estudiar Ciencias Políticas en la UPAEP, una institución conservadora que ha servido como semillero de cuadros de El Yunque, de acuerdo con el periodista Álvaro Delgado, autor de “El Yunque: La ultraderecha en el poder”.

A esos años se remonta su militancia en el PAN, que lo hizo diputado federal por la vía plurinominal cuando sólo tenía 28 años.

Después se convirtió en uno de los principales líderes panistas a nivel local, y por eso resultó natural que en 2010 el partido lo postulara como candidato a la alcaldía de Puebla, donde resultó electo por poco más de 300 mil votos.

Fotografía de Eduardo Rivera
Una alianza formada por los partidos nacionales PAN, PRI, PRD, junto con dos partidos políticos locales, ha llevado a Eduardo Rivera Pérez a ser el virtual presidente municipal electo de Puebla durante las elecciones 2021.

Ese trienio como alcalde no fue precisamente terso, porque ya desde entonces corría entre él y el morenovallismo una rivalidad que precedería a su tercera designación como candidato.

Con Rafael Moreno Valle en el gobierno del estado, fueron varias las ocasiones en las que quedó en evidencia la distancia que existía entre Casa Puebla y el Palacio de Charlie Hall.

Tanto por cosas graves —como el retiro de dos mil policías municipales— como por cosas anecdóticas —como impedirle a Rivera Pérez asomarse al balcón en el que se daba el tradicional Grito de Independencia—.

El guiño a Morena y la tregua con el morenovallismo

Tras el fin de su primer periodo como alcalde, Rivera Pérez ocupó otras posiciones políticas en las campañas de candidatos panistas de otros estados del país y fue asesor de gobiernos estatales.

Pero, a partir de 2017, comenzó a buscar una vez más la candidatura a la presidencia municipal de Puebla. El problema radicaba en que el morenovallismo aún detentaba el poder. Y, en consecuencia, se le iniciaron varios procedimientos administrativos desde la Auditoría Superior del Estado (ASE), el “garrote político” del gobierno.

Con el partido controlado por Moreno Valle, Rivera Pérez coqueteó con la posibilidad de brincar a Morena. Fue en ese contexto en el que se dejó fotografiar con el ahora gobernador Miguel Barbosa Huerta, quien entonces era, sencillamente, aspirante a candidato por Morena al gobierno del estado.

El 3 de agosto de 2017 Eduardo Rivera compartió desde su Twitter una fotografía con Miguel Barbosa, hoy gobernador de Puebla.
El 3 de agosto de 2017 Eduardo Rivera compartió desde su Twitter una fotografía con Miguel Barbosa, hoy gobernador del estado.

Pero hubo un cálculo que hizo que Moreno Valle cejara las hostilidades y Rivera Pérez los saltos. Y, finalmente, el exalcalde permaneció en su partido y apareció codo a codo junto con quien sería la siguiente candidata al gobierno de Puebla por el PAN: Martha Érika Alonso Hidalgo.

Aunque los morenistas reprocharon a Eduardo Rivera esa decisión —e incluso hubo algunos, como Alejandro Armenta, que criticaron su “falta de dignidad”—, hasta hoy persiste la idea de que el panista no es un rival de Barbosa Huerta.

Ya en varias ocasiones el gobernador del estado ha manifestado su abierta simpatía hacia el panista. En tanto que Rivera Pérez ha dicho que su relación con Barbosa Huerta será de “coordinación y respeto”

La caída del 2018

Cuando todo parecía dispuesto para que Eduardo Rivera repitiera como presidente municipal en 2018, en el país comenzó a surgir una crepitación, una ola de la que se tenían algunas previsiones, pero que resultó más definitiva que cualquiera de éstas. Y el portavoz de esa ola era Andrés Manuel López Obrador.

Las elecciones de 2018 revirtieron toda la configuración política de un estado en el que, hasta entonces, PRI y PAN se repartían los cargos simultáneamente. El Congreso local terminó dominado por Morena y las principales ciudades del estado también, incluida Puebla.

eduardo rivera ganador elecciones Puebla

A Eduardo Rivera lo rebasó Claudia Rivera Vivanco, quien hasta antes del 2018 era prácticamente desconocida en el círculo rojo. Una mujer que había militado en Morena desde sus orígenes, una mujer impulsada por esa crepitación obradorista.

Claudia Rivera Vivanco resultó electa por 271 mil 531 votos, 70 mil más que Eduardo Rivera, y pronto el panista no tuvo más que reconocer la derrota: el político más disputado, más perseguido y más conocido, vencido por una militante de las bases.

Puebla: la duda de los siguientes tres años

Ahora, tres años después, los papeles se han invertido. Con más del 92% de las actas computadas en el Programa de Resultados Preliminares Electorales (PREP), Eduardo Rivera se prepara para rebasar a Claudia Rivera por más de 116 mil votos.

Una década después de su primer periodo de gobierno, Eduardo Rivera Pérez ha vuelto a ser presidente municipal de Puebla. Pero dentro de este nuevo periodo subsisten dudas sobre cómo gobernará junto al PRI y al PRD, los partidos que han cobijado su postulación, e incluso junto con los partidos satélites PSI y Compromiso Por Puebla, impulsados en la época morenovallista.

Distintas organizaciones de derechos humanos también se cuestionan cuál será la política que desplegará Rivera Pérez durante su trienio, considerando que el virtual presiente municipal electo rechazó firmar la agenda del Consejo Ciudadano de Derechos Humanos e Igualdad entre Géneros, un órgano consultivo auxiliar del municipio.

La agenda obligaba a los candidatos y candidatas a impulsar programas y acciones de igualdad entre géneros y personas LGBT+ en la capital, además de no suscribir contratos de publicidad con medios de comunicación que reproduzcan estereotipos o fomenten la violencia contra las mujeres y personas en situación de vulnerabilidad.

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