La gimnasta Simone Biles no defenderá su corona en estos Juegos Olímpicos para priorizar su salud mental; su decisión ha sido una importante elección sobre el bienestar propio.
MARIO PASTEN | @mariopastenave
Participar en los Juegos Olímpicos obliga a los atletas a tener una excelente condición física, pero también salud mental. Las redes sociales han aumentado el juicio de los espectadores sobre los deportistas, y eso hace que, en ocasiones, se olvide que antes que atletas de altísimo nivel son seres humanos.
La madrugada del miércoles 28 de julio, mientras contemplábamos una posible medalla para nuestro país en la fosa de clavados, las redes explotaron con la noticia que la gimnasta estadounidense y líder de su equipo, Simone Biles, anunciaba que no iba a competir en la final del all around individual. ¿La razón? el cuidado de su salud mental.
Ella dijo no sentirse tan segura como en años pasados y dijo haber perdido la confianza en ella misma para competir en la justa deportiva en Tokio 2020.
El anuncio de su retiro se dio luego de que, el martes, en la final del all around por equipos, también decidió declinar su participación en aras de no perjudicar al resto de su equipo.
A pesar de esto, en la competencia, el equipo estadounidense se quedó con la medalla de plata.
Pero fuera de los podios y de las salas olímpicas, en las redes se libró un intenso debate sobre la salud mental. Dos parecían ser las líneas del debate: por un lado, el reconocimiento a Simone Biles por priorizar su estabilidad; por otro, la salud mental como sinónimo de “debilidad”.
Ajeno a la cacofonía de las voces de las redes sociales, el equipo de Gimnasia de Estados Unidos anunció mediante su cuenta de Twitter la comprensión y el completo apoyo y admiración por la decisión que Simone Biles había tomado.
“Apoyamos incondicionalmente la decisión de Simone y aplaudimos su valentía al priorizar su bienestar. Su coraje muestra, una vez más, por qué es un modelo a seguir para tantos”.
Este episodio protagonizado por Simone Biles, una de las mejores gimnastas en la historia, es también una lección sobre la salud mental: sentirse bien emocionalmente es tan importante como sentirse bien físicamente. Y antes que las expectativas de los demás, está nuestro bienestar.