Siete de cada 10 estudiantes de la BUAP, la máxima casa de estudios en Puebla, han rechazado la posibilidad de un regreso a clases presencial; cerca de la mitad prefiere un modelo híbrido, que combine clases a distancia.
PALOMA FERNÁNDEZ | @PalomaPEN
El 72% de la comunidad estudiantil de la BUAP prefiere seguir con las clases en línea durante este periodo escolar, reveló una encuesta aplicada por el Centro de Investigaciones sobre Opinión Pública (CISO) de la institución.
Aunque el 46% también considera un modelo híbrido, combinando actividades en línea y presenciales, predomina el alumnado que aún no se siente seguro para el retorno a clases en las instalaciones.
En dicha encuesta llamada “Participar para decidir”, se reveló que el 78% del estudiantado prefiere regresar hasta que la comunidad esté vacunada y se implementen las medidas necesarias para evitar contagios.
“Entre otras razones (esto es) por el alto riesgo de contagiarse del virus de COVID-19, para salvaguardar la salud de todos, porque aún no está vacunada la totalidad de la población y porque la movilidad implica exponerse al virus”, comentó el coordinador del CISO durante la reunión extraordinaria del Consejo Universitario el pasado miércoles 18 de agosto.
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También existe una preocupación por las cuestiones económicas y de riesgo que puede implicar para las familias un regreso a clases presenciales, ya que el 38% de las y los encuestados refiere que su salud estaría en un riesgo alto de regresar a las aulas.
El 42% refiere un riesgo medio y el 16% uno bajo. Las principales razones por las que se sienten en riesgo son los traslados a la universidad, las aglomeraciones en salones y espacios comunes, o el tener a familiares, seres cercanos o ellos mismos en poblaciones de riesgo.
Esta encuesta constó de 10 módulos con preguntas referentes al estado de ánimo, las condiciones económicas y/o familiares y otras consecuencias del confinamiento en los estudiantes de la comunidad.
Ante la exposición de estas respuestas, los integrantes del consejo instaron a que las autoridades correspondientes escuchen la voz de las y los estudiantes que participaron, y se apliquen las medidas de seguridad correspondientes para la tranquilidad de la comunidad universitaria.
