Las redes de acompañamiento de aborto en Puebla suplen las necesidades que el Estado debería garantizar, y que no hace a causa de la criminalización: otorga atención médica y psicológica, canaliza con clínicas de atención,
PALOMA FERNÁNDEZ | @PalomaPEN
Las redes de acompañamiento de aborto voluntario en Puebla no han cejado su labor desde que inició la pandemia.
Mientras clínicas y hospitales suspendieron algunos servicios de salud, las activistas y las médicas que integran estas redes acompañaron a decenas de mujeres que habían decidido interrumpir su embarazo.
En los hechos, estas redes suplen las necesidades que el Estado debería garantizarles, y que no hace a causa de la criminalización del aborto: el contacto con personal médico certificado, la compra de medicamentos, acompañamiento psicológico o la recaudación de fondos para costear un viaje a alguna clínica en la Ciudad de México, donde el procedimiento por razones voluntarias es legal.
“En resumidas cuentas, (las redes de acompañamiento) son las responsables de la disminución de muertes por abortos clandestinos. Cuando el aborto es ilegal, las clases altas y medias pueden acceder sin ningún problema a un aborto seguro. Pero son las clases más bajas las que no pueden (acceder a él), y es entonces que el servicio de acompañamiento lo garantiza”, explica la doctora Aïssata Si, de la organización Med Pro Choice.
Manatí conversó con integrantes y representantes de cinco redes de acompañamiento de aborto. Pero acompañar, bajo el Código Penal actual en Puebla, sigue siendo un delito —algo que tendría que cambiar con la reciente resolución de la Corte—. Y, por eso, cuatro de las cinco acompañantes compartieron su testimonio y su experiencia bajo la condición del anonimato.
Para una de ellas, la llegada pandemia ha aumentado las solicitudes de acompañamiento más de cinco veces.
También te puede interesar: Abortos seguros: la experiencia de mujeres que acompañan a otras en el proceso
“Al inicio teníamos a lo mejor cuatro solicitudes de información a la semana, y ahora llegamos a tener alrededor de 25 o 30 por semana. Muchas se han quedado sin trabajo, entonces tienen complicaciones para poder acceder a una prueba de embarazo o a un ultrasonido”, explica V, representante de una organización que trabaja por los derechos sexuales y reproductivos.
Para C., representante de una colectiva que también hace activismo por los derechos de las mujeres, la gran incógnita suelen ser las condiciones bajo las cuales estos embarazos se están realizando.
Y la duda radica en que la contingencia sanitaria ha obligado a las mujeres a confinarse con parejas que suelen ser, al mismo tiempo, sus agresores.
“Algo que nos dimos cuenta desde las organizaciones, colectivas y asociaciones era que muchas más chicas estaban buscando acceder a una interrupción del embarazo, lo cual nos causó muchísimo ruido, por cuáles eran las condiciones en las que estas mujeres estaban teniendo un embarazo no deseado, y uno tenía que ver claramente con la violencia, otro con el acceso a servicios de salud, como métodos anticonceptivos”, dice C.
Durante 2020, el segundo delito más denunciado en todo el estado de Puebla fue la violencia familiar. Se iniciaron 9 mil 125 investigaciones por este delito… pero no se dictó una sola sentencia e incluso en el 71% se determinó el no ejercicio de la acción penal.
Es en este escenario en el que trabajan las redes de acompañamiento. “De todas las regiones del mundo donde el aborto es clandestino, América Latina es la región con menos mortalidad por aborto, y eso es una consecuencia directa de las redes de acompañamiento”, dice la doctora Aïssata Si.
Un vistazo al acompañamiento para el aborto seguro en casa
Las prácticas diversas de acompañamiento convergen en una sola, que es el apoyo y contención de las personas que desean abortar.
“No se maneja como un servicio, sino que es una red, un espacio colectivo para que las chicas puedan acceder a la información una vez que lo comentan con sus compañeras”, dice L., representante de una organización feminista con más de una década de trabajo en Puebla.
Y es precisamente bajo esas redes que logran acercarse a aquellas que requieren de este acompañamiento.
Este proceso inicia con el contacto de las colectivas o personas acompañantes, ya sea por sus respectivas redes sociales, por foros del tema, o por recomendación de otras mujeres que han pasado por eso procesos anteriormente.
Es en ese sentido que las redes de acompañamiento también construyen su labor a través de otras mujeres que han sido atendidas por ellas, y quieren que otras personas gestantes sean acompañadas desde un ambiente seguro, amoroso y respetuoso.
“Me gustaría compartirte un caso de una chica que donó sus medicamentos. Los donó de su casita, los mandó de su casa a la casa de la chica, y los mando con una bolsita con chocolates, con una cartita de ‘todo va a estar bien, vas a estar bien’. No era una acompañante: era una chica que había realizado un proceso antes”, narra L.
También puedes leer: Más de una década de criminalización del aborto en Puebla
Una vez que un caso nuevo llega, se indagan los datos generales, necesidades y historial médico de la persona que se va a atender.
El primer paso para empezar a investigar es confirmar el embarazo. Ya sea por medio de ultrasonido, ecografía o por otros análisis clínicos, hay que confirmar si se trata de un embarazo, qué tipo de embarazo es, o si sólo se trata de un retraso en el ciclo menstrual.
“Lo primero siempre es confirmar el embarazo porque hay muchísimas causas de retraso. De hecho, la verdad es súper frecuente que me escriban por un retraso y en realidad era por otra cosa. Una vez que se confirme el embarazo hay que ver si están seguras de su fecha de última menstruación, […] y si no tienen factores de riesgo para embarazo ectópico”, describe la médica de Med Pro Choice.
En la Ciudad de México, el aborto es legal antes de las 12 semanas de gestación. Sin embargo, hay mujeres que acuden a estas redes con un embarazo que rebasa este tiempo, y ayudarles se convierte en una indagación mayor para garantizar la integridad física y legal de la paciente.
“La mayoría de los casos que rebasan las 12 semanas son casos de violencia sexual o de embarazos adolescentes, entonces lo que hacemos es también canalizarlas con colectivas que pueden brindarles atención para abortos seguros, que actualmente se conoce que el aborto seguro no solamente es hasta las 12 semanas, se puede extender por varias semanas más”, dice V.
Las distintas integrantes de redes de apoyo coinciden en que no existe un perfil específico de mujeres que solicitan este acompañamiento. O son mujeres jóvenes que no han tenido hijos, o mujeres jóvenes que ya los han tenido, o mujeres adultas sin hijos, o mujeres adultas con largas familias.
Puedes leer: Limita pandemia por Covid-19 acceso al aborto legal
Así pues, también deben saber al contexto al que se enfrentan sus consultantes, es decir, si están en ambientes de violencia, tienen recursos económicos limitados, o si pasan por situaciones legales o emocionales de riesgo.
Por esta misma razón, la mayoría de las veces tienen que generar protocolos de seguridad para sus pacientes, así como estrategias de socorro que van más allá de procedimiento del aborto.
Estos protocolos varían conforme a la acompañante o la situación, sin embargo, establecen como prioridad tener entornos donde puedan llevar el proceso con la mayor calma y seguridad posible.
“Me ha tocado acompañarlas en sus casas, en casa de la amiga, en hoteles incluso. Hay quienes no tienen un espacio seguro, entonces el acompañamiento también determina la seguridad del proceso. Sabemos que al menos en el contexto de Puebla es un proceso clandestino, pero el acompañamiento hace que, dentro de esta clandestinidad, o dentro de esta no legalidad, sea un proceso más seguro”, detalla L.
Una vez que se ha recopilado toda la información necesaria, comienza el proceso de acompañamiento brindando atención antes, durante y después de la interrupción.
El acompañamiento durante el proceso puede ser de forma presencial, a distancia o desde otros métodos que garanticen que la persona atendida se sienta acompañada.
También deberías leer: La realidad del aborto en Puebla
Una vez que el proceso ha culminado, de nuevo se aseguran de que el producto haya sido expulsado exitosamente. En caso de que no haya sido así, la consultante está en libertad de decidir si se repite la toma de medicamentos o si quiere recurrir a otras instancias.
El acompañamiento después del proceso de interrupción consiste en ver si no hubo algún daño, o afección debido al proceso.
Igualmente, algunas dentro de su protocolo de seguridad, prefieren no canalizar a las pacientes a hospitales, al menos no en el estado de Puebla donde el aborto voluntario es aún penado por la ley.
“Para mí es como la última de las opciones, porque en una clínica u hospital, más en contextos de ilegalidad, se puede recaer en prácticas violentas como lo es el legrado que ya no debería practicarse absolutamente para nada. Sin embargo, sigue siendo una práctica de castigo, tal vez no lo piensen así los médicos, pero en realidad podría utilizarse la aspiración manual intrauterina y todo eso que ya sabemos que son prácticas más seguras para el protocolo”, asegura L.
En ocasiones el acompañamiento posterior continúa con la iniciativa de las mismas pacientes para volverse acompañantes, o para apoyar a estas redes en lo que necesiten, y así se va aumentando el número de quienes apoyan y acompañan a personas gestantes en la interrupción del embarazo seguro en casa
Las redes y su importancia para los derechos sexuales y reproductivos
El acompañamiento del aborto es un proceso que va mucho más allá de la medicación o proporcionar información, ya que quienes que se dedican a brindar apoyo en estos casos buscan la forma de que la mayor cantidad de personas conozcan sobre sus derechos sexuales y reproductivos.
Por lo que el trabajo de estas agrupaciones consiste también en la difusión de información por medio de redes sociales, en encuentros virtuales o presenciales en donde se comparte información y conocimiento al respecto, o incluso seminarios que capacitan a quienes buscan brindar acompañamiento.
El acercamiento es esencial en un contexto de criminalización y juicio social.
“Las acompañantes somos personas que estamos capacitadas, que nos informamos, nos encontramos. Tenemos encuentros nacionales e internacionales. Buscamos esa capacitación de mujeres médicas o ginecólogas que tienen la cercanía a ese proceso, pero en realidad, en los acompañamientos existen psicólogas, músicas, trabajadoras sexuales, artistas… el perfil de un acompañante no tiene que ver con la experiencia, digamos, médica, sin embargo, sí somos capacitadas y respaldadas”, comenta L., que tiene cinco años atendiendo y acompañando a otras mujeres y personas gestantes en la interrupción segura del embarazo.
Es así como la clandestinidad ha dejado de ser sinónimo de muerte o peligro en el caso del aborto, pues autoridades médicas a nivel mundial, como la OMS, cada vez más avalan la interrupción del embarazo en casa con el uso de medicamentos, además de reconocer la labor de estas redes.
Sin embargo, la penalización del aborto en algunas partes del país, como Puebla, sigue sembrando la incertidumbre para las personas gestantes.
Avances a nivel nacional, como el reciente fallo histórico de la Suprema Corte de Justicia en favor del aborto, son la esperanza de la que se impulsan las redes acompañantes.