El mundo en el que vivo habla de mi salud mental

opinión salud mental

En nuestra columna invitada, María Fernanda Ramos Cadena explica que la salud mental no puede entenderse fuera de nuestros problemas estructurales. Por ello, hay que encontrar objetivos alcanzables que consideren nuestro contexto sociocultural.

MARÍA FERNANDA RAMOS CADENA

No es extraño que dentro de las búsquedas más frecuentes en este par de años aparezcan las palabras ansiedad y salud mental en Google trends. Todos nos hemos dado cuenta de la importancia en el tema y lo hemos comprobado directamente tras meses de estado constante de alerta.

Junto con las búsquedas relacionadas con temas de salud mental aparecen constantemente videos, artículos, podcast y demás con títulos atractivos como: autosanación, supera la ansiedad, conquista tu mente, gestiona tus emociones, sana tu depresión, etc. Que se puede traducir en: si no cuidas tus emociones, no te sientes bien o no eres productivo, es tu problema porque eres tú el que no sabe hacerlo.

Entonces la salud mental se convierte en un pendiente más, en una actividad dentro de nuestra agenda por la que debemos parar la vida que estamos viviendo y preocuparnos (más que ocuparnos) por ello, casi algo utópico que claramente puede generar sentimientos de culpa e insuficiencia.

La salud mental tiene ahora una máscara de desarrollo humano, que ofrece material (check list, consejos, prácticas) y productos de autocuidado que muchas veces están fuera del alcance en la mayoría de la población.

SALUD MENTAL, ¿WHAT A CONCEPT?

La OMS (2018) dice: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Una importante consecuencia de esta definición es que considera la salud mental como algo más que la ausencia de trastornos o discapacidades mentales.

¿Es posible entonces que alguien se considere sano? La combinación de estos tres factores es bastante compleja cuando lo intentamos aterrizar a la realidad que vivimos y a la práctica, porque entonces podemos deducir que ningún ser humano alcanza ese bienestar.

Nuestra salud mental está influenciada por diferentes factores sociales que están fuera de nuestro control: opresiones, privilegios, agresiones, políticas públicas, etcétera, que no van a desaparecer por el simple hecho de autocuidarnos y amarnos a nosotrxs mismxs; mucho menos si son mensajes que diariamente se presentan en la vida de una persona.

¿Qué tan familiar te resulta la frase: si tú estás bien, todo va a estar bien?

Todos los “autos” (autoconfianza, autoconcepto, autoaceptación, etc.) se alimentan allá afuera. Insistir en eliminar el malestar sólo nos asegura un fracaso y nos imposibilita de prepararnos para accionar cuando las cosas se pongan color hormiga.

Piensa en cuántas veces al día lees/observas este tipo de mensajes en redes sociales. ¿También te llevas un sentimiento de culpa por no hacer lo suficiente por tu salud mental cuando cierras tu feed?

Necesitamos analizar en dónde estamos parados y hacia donde podemos ir, tomando en cuenta nuestros problemas estructurales, de seguridad social y atención sanitaria a la que podemos acceder. Seleccionar el contenido que invite a educarnos desde el cuestionamiento y análisis, sobre lo que se puede explorar en nuestro medio, alejándonos de propuestas digeribles y simplistas de autopoder.

Siendo estrictos con la definición de salud mental, reducir al ser humano a actos individuales y responsabilizarlo por cuestiones que no están en su control, no es hablar de salud mental.

Javier Tirapu, neuropsicólogo clínico, menciona en una entrevista (2021):  

“Es bueno que ofrezcamos otra cara a la sociedad. Si tenéis problema de salud mental por el confinamiento acudid a un especialista, pero, por otro lado, si NO tenéis problemas, tenéis recursos, sed seres sociales, pedid ayuda primero a la gente de alrededor.”

Renunciar a la salud mental como una meta y aceptarla como un proceso puede marcar una diferencia. Tendremos diferentes reacciones ante nuestro medio a lo largo de nuestras vidas y en las siguientes crisis sanitarias, esto es una forma natural de nuestra condición humana. Encontrar objetivos alcanzables tomando en cuenta nuestro contexto sociocultural es en realidad lo que importa.

Entonces ¿qué podemos hacer?

1.- Dieta informativa: aléjate de las cuentas que te están causando estos sentimientos de insuficiencia y que resaltan mensajes como: “todo está en la mente”, “necesitas pensar positivo”, “tú tienes el poder de cambiar tu vida”, etc.

2.- Alimenta y cuida tus relaciones sociales. Los expertos en neurociencia señalan que las personas que tienen escasas relaciones empobrecen su cerebro porque no acumulan conexiones entre las neuronas, o sea, enriquecer su cerebro con otros y a otros con su experiencia.

3.- Procura tus hobbies y tiempo de ocio. Recuerda que estar ocupada/o no es lo mismo que ser productiva/o. Además, al ser una actividad que te gusta, puede ayudar a bajar tus niveles de cortisol y a sentirte relajada/o, mejorando el estado de ánimo. Este acto puede ser revolucionario ante una sociedad que aún sobrevalora la productividad.

4.- ¿Con los primeros tres pasos no está siendo suficiente? Acércate a un profesional: psicoterapeuta o psicólogo para que te oriente identificando  problema(s) que estás presentando y qué tipo de terapia puede ayudarte.  

IMPORTANTÍSIMO: Sé muy estricta/o con la elección del profesional, los coaches, entrenadores y programadores carecen de evidencia científica en sus prácticas a pesar de sus múltiples certificaciones. Su praxis yace en el individualismo y recuerda que algo meramente individual no puede llamarse salud mental.

Referencias

Organización mundial de la salud. (30 de marzo de 2018). Salud mental: fortalecer nuestra respuesta. Recuperado de: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-strengthening-our-response

Tirapu, J. (16 de Julio de 2021). Javier Tirapu, neuropsicólogo clínico: «Enseñemos a la sociedad a creer en sus recursos para salir adelante»: La voz de Galicia. https://www.lavozdegalicia.es/noticia/amarina/burela/2021/07/15/javier-tirapu-neuropsicologo-clinico-ensenemos-sociedad-creer-recursos-salir-adelante/00031626375013778239347.htm

Contacto: [email protected]

Los textos publicados en la sección “Opinión” son responsabilidad del autor/a y no necesariamente reflejan la línea editorial de Manatí.

MARÍA FERNANDA RAMOS CADENA
Egresé de la Escuela Libre de Psicología y laboro como terapeuta en learning brain-neuropsicología Puebla. Aspiro a neuropsicóloga. Me interesa visibilizar que la atención de calidad en salud mental no puede ser un lujo. Encuentro fascinante lo imperfecto del ser humano y todo lo relacionado con ese órgano que llamamos cerebro. 


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