Personas ciegas salieron a las calles para pedir un alto a la discriminación en Puebla. Exigieron que no se les restrinja del campo laboral, así como una infraestructura urbana adecuada a sus necesidades.
GUADALUPE JUÁREZ | @lupjmendez
Madres con hijos que nacieron con una discapacidad visual, hijos que apoyan del brazo a sus padres que perdieron la vista después de una enfermedad, amigos que se sostienen uno a otro al marchar y alzar el brazo derecho mientras claman “¡queremos derechos, queremos ser felices!”.
Es jueves 2 de diciembre de 2021 y al día siguiente se conmemorará el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, por lo que integrantes de la Asociación Cultural, Recreativa y Proyección Social para el Invidente de Puebla (ACRIP) han salido a las calles para visibilizar que aún son discriminados.
Ya sea al buscar un empleo y recibir un “no” por respuesta, hasta el simple hecho de caminar y caer o golpearse por objetos que no tendrían que estar sobre su camino: casetas telefónicas inservibles, motocicletas estacionadas, vehículos que atraviesan la acera.
“Las banquetas están en muy mal estado, nosotros hasta que nos golpeamos con algo es que sabemos que hay un obstáculo, hay muchos que ya debieron ser retirados o cuando hay botes de basura con los que nos golpeamos”, exige Alejandro Ramírez Campos.
Alejandro es presidente de la Asociación Cultural, Recreativa y Proyección Social para el Invidente de Puebla (ACRIP), organización que se encarga de capacitar a las personas con discapacidad para que puedan trabajar.
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Para él, también se deben de dar “castigos ejemplares” a las personas que se estacionan sobre las banquetas, pues en ocasiones son quienes se molestan cuando una persona con discapacidad visual choca con los vehículos o bicicletas al caminar y pegarles con el bastón.
Pero este día, al alzar la voz, también visibilizan otra problemática: la falta de empleos para personas con debilidad visual o con una discapacidad.
Los empleadores les han negado un empleo porque creen que son quienes van a perder algo, o si atienden un negocio, no podrán con los clientes, les van a robar o ni siquiera podrán servir un café.
“Todo el tiempo te preguntan qué sabes hacer, que seguramente te vayan a robar algo, que te vas a equivocar si haces una llamada, que no vas arreglarte bien o que se te va a caer el café del jefe”, afirma Alejandro, quien pide a los empleadores les den una oportunidad a las personas con discapacidad.