Cuatro hombres fueron asesinados en la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacan. El alcalde de Puebla dijo que había sido un “ajuste de cuentas” entre bandas. Pero los cuatro, en realidad, habían sido testigos de un crimen. Y los silenciaron.
STAFF MANATÍ | @manatimx
Se llamaban Oscar, Samuel, Néstor y Octavio. Uno vendía tamales, el otro era jardinero, el tercero era valet parking y el cuarto tenía un negocio propio. Los cuatro estaban reunidos afuera de una tienda en San Francisco Totimehuacan, una junta auxiliar al sur de la ciudad de Puebla, cuando un grupo de hombres a bordo de una camioneta los asesinaron a disparos.
Era la madrugada del martes 29 de noviembre. Por el suelo estaban los casquillos de las armas R-15 y había rastros de sangre en una banqueta frente a una miscelánea llamada Manolo, según informes policiales citados por la prensa.
Horas después, en un evento oficial, el presidente municipal de Puebla emanado del Partido Acción Nacional (PAN), Eduardo Rivera Pérez, se apresuró a dar un informe preliminar del crimen al señalar que había sido un “ajuste de cuentas”.
Dijo que de manera extraoficial se tenía conocimiento de que podía tratarse de un pleito entre bandas criminales, posiblemente por la venta de productos ilegales, sobre todo dedicadas al narcomenudeo.
Pero Oscar, Samuel, Néstor y Octavio no participaban en estos delitos de ninguna forma y tampoco tenían antecedentes penales, según el gobernador Miguel Barbosa Huerta, quien ventiló la principal línea de investigación sobre el multihomicidio este lunes 5 de diciembre.
Los cuatro hombres habrían sido testigos de un delito y, para silenciarlos, los asesinaron. El gobernador prometió a sus familias que el crimen no quedará impune, pero también lo catalogó como un hecho de “mala suerte”.
“Todo indica que fueron asesinados cuando, por mala suerte, testimoniaron un ilícito y fueron asesinados, y no se va a quedar sin sanción”, señaló en una conferencia de prensa.
El 1 de noviembre, durante el sepelio de las cuatro víctimas en San Francisco Totimehuacan, las familias le reclamaron al presidente municipal Eduardo Rivera que los hubiera vinculado al crimen sin ningún tipo de pruebas. Le exigieron que se retractara de sus declaraciones convocando a una conferencia de prensa. Así, dijeron, limpiaría sus nombres. Rivera no ha respondido a la petición hasta este lunes.
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