Las 19 cárceles de Puebla están en pésimas condiciones. En la mayoría hay hacinamiento, falta de medicamentos y de actividades recreativas; algunas ni siquiera tienen agua potable. Esto reveló el Diagnóstico estatal de supervisión penitenciaria 2022, elaborado por la Comisión de Derechos Humanos.
GUADALUPE JUÁREZ | @lupjmendez
La Comisión de Derechos Humanos (CDH) de Puebla calificó de con 5.7 de 10 puntos disponibles a las 19 cárceles de Puebla, por condiciones de hacinamiento, falta de medicamentos para los internos y espacios indignos para las mujeres que son recluidas.
En el Diagnóstico estatal de supervisión penitenciaria 2022, los centros penitenciarios con peor calificación por sus condiciones son el Centro de Reinserción Social de Zacatlán, con 4 de calificación; el de Chignahuapan, con 4.3; Tecali de Herrera, con 4.5, y el de Acatlán de Osorio con 4.7.
El Cereso de Tepeaca obtuvo una calificación de 5.4, ya que la CDH encontró que no hay división entre procesados y sentenciados, hay áreas sin ventilación e iluminación.
A esto se suma que la población penitenciaria no cuenta con un psiquiatra y la remodelación de uno de sus espacios ocasionó que las mujeres fueran trasladadas a otra áreas en celdas sin ventanas ni luz natural.
En general, son pocos los centros penitenciarios que han superado las condiciones mínimas para garantizar una estancia digna para las personas privadas de su libertad.
En Tecali, con una calificación de 4.5, por ejemplo, los visitadores de la CDH Puebla hallaron que los recursos del ayuntamiento destinados al Cereso son insuficientes, no hay personal de trabajo social, su cocina y área de talleres están sucios y hay deficiencias en las conexiones eléctricas, lo cual podría ocasionar un accidente.
En Tecamachalco, con 5.6 de calificación, los sanitarios están sucios, no hay espacios para visitas familiares, y presentan deficiencias en sus instalaciones eléctricas.
En Tehuacán, con una calificación aprobatoria de 6, no hubo suficiente personal de seguridad, hay sobrepoblación, sobre todo en el módulo B en donde tendrían que haber 60 personas privadas de su libertad y viven 93.
Además, los visitadores de la CDH consignaron que los baños están sucios, las regaderas no funcionan y en el área femenil no cuenta con suficiente personal de seguridad.
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En el de San Pedro Cholula, que tiene una calificación de 6.6, el hacinamiento también es un problema, ya que el lugar podría albergar a 218 personas y hay 557. La población femenil tiene que compartir espacios con la varonil.
En Huejotzingo con una calificación de 5.8, la CDH halló otro caso de sobrepoblación: las instalaciones son para 117 reclusos y hay 250, no cuentan con regaderas, hay fallas en el paso de agua.
A esto se suma que presentan deficiencias en conexiones eléctricas, en atención médica, los teléfonos públicos están dañados, hay medicamento caduco y algunos que requieren refrigeración son almacenados en refrigeradores que no funcionan.
En Chignahuapan, cuya calificación es de 4.3, los recursos del ayuntamiento también son insuficientes, escasean los medicamentos y agua potable para beber, además de que su cocina está sucia.
En el de Zacatlán, con una calificación de 4.0, encontraron que no tienen personal de seguridad suficiente, pues lo recomendado es un guardia por cada 10 presos, su consultorio médico está muy sucio. Además, en los sanitarios los lavabos no tienen llaves, la cocina está sin ventilación ni iluminación, además de que sus colchonetas están en mal estado.
Alimentos y medicamentos, un problema
El centro penitenciario de Acatlán obtuvo una calificación de 4. Aquí, los guardias son insuficientes, hay hacinamiento en el área varonil e insuficiencia de alimentos.
Con calificación de 6.2, en Ciudad Serdán hay daños estructurales en los pisos, lavaderos desgastados por el paso del tiempo y la presencia de roedores, lo que ocasionaría problemas de salud en la población penitenciaria.
En Tetela de Ocampo con 6.2 de calificación, no tienen medicamentos, los sanitarios están sin puertas ni iluminación y en el taller de carpintería hay mucho aserrín, lo que provocaría enfermedades pulmonares, ya que los reclusos no usan protección a la hora de trabajar.
En Libres con calificación de 5.5, la CDH encontró que los alimentos son insuficientes, pues cada preso recibe dos porciones muy reducidas al día.
En el Cereso de Zacapoaxtla con 6.3, los hombres y mujeres conviven en las mismas áreas, mientras que en el de Tlatlauquitepec con 6.2 hay filtraciones de agua que afectan las colchonetas, además de llaves de las regaderas sin funcionar.
Fallan en higiene
En Teziutlán con 6,2 de calificación, la CDH encontró que hay cucarachas en la cocina y sanitarios sin puerta; en el de Huauchinango con 5.3 de calificación el personal carece de un manual de procedimientos, los dormitorios y módulos están sucios, hay paredes y rejas con daños.
A esto se suma que no tienen agua caliente, sus refrigeradores están sucios y los custodios evitaron que los visitadores de la CDH accedieran a las áreas de visitas íntimas.
En Xicotepec, cuya calificación es de 5.6, las planchas de concreto, en donde se colocan las colchonetas para que puedan dormir, están dañadas, mientras que en las instalaciones de atención médica hay humedad.
Con 5.6 de calificación, Tepexi de Rodríguez, el penal de mediana seguridad del estado, la CDH detectó que se han suspendido las actividades recreativas, debido a que no les prestan un balón, por lo cual los reclusos jugaban futbol con una botella de refresco vacía.
Las áreas de lavado están sin tubería hacia el drenaje, lo cual ocasiona que el suelo siempre esté mojado y provocaría un accidente. Hay fugas de agua en los dormitorios e instalaciones eléctricas con riesgo de corto circuito. Los sanitarios tienen desperfectos, con problemas en el desagüe y algunos sin funcionar.
San Miguel, sin mejoras
En cuanto al Cereso de San Miguel, en la capital poblana, la CDH le dio una calificación de 5.8. A pesar de los últimos cambios registrados tras el hallazgo del cuerpo del bebé Tadeo, el organismo detectó que el sistema de videovigilancia es insuficiente y hay chinches en los dormitorios.
Además, los sanitarios están sucios y hay fallas en los lavabos. También encontró que los dormitorios están muy sucios y calculan un 400%de hacinamiento. En el área femenil, las estructuras para colocar las colchonetas ya son un riesgo, pues presentan soldaduras para evitar su caída.
La población penitenciaria no tiene agua caliente para bañarse, lo que obliga a las reas a utilizar una resistencia para calentarla, lo cual se traduce en un riesgo. Hay deficiente atención médica y no tienen acceso a medicamentos.
El Centro de Internación Especializado para Adolescentes (CIEPA) temporal –debido a que en 2020 sus instalaciones fueron habilitadas como hospital COVID–, carece de un psiquiatra y la CDH recomienda reubicarlos a su lugar de origen de nueva cuenta.
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