Amada Barranco ha vuelto a confiar en las autoridades después de 10 años de omisiones y bloqueo a la justicia por el feminicidio de su hija Araceli Vázquez Barranco, Chely, como le decían de cariño
GUADALUPE JUÁREZ | @lupjmendez
A casi 10 años del feminicidio de Araceli Vázquez Barranco, Chely –como le decían de cariño– su madre, Amada Barranco, ha vuelto a pedir justicia.
Se enteró por la prensa que Javier Mauricio había sido detenido, dejó todo, fue a la Fiscalía General del Estado para preguntar, pero no le dieron información.
Después le dijeron que habían cambiado a la ministerio público, ella sí la recibió, y abrió una puerta a la esperanza de justicia, después de que el caso pasó por seis diferentes personas.
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“Tengo las esperanzas puestas en la ministerio público porque es mujer, y creo que me va a entender, y ella es la única que me ha dado la atención y toda la información. Mi temor es este, que dicen que va a salir libre y ese es mi temor, y yo pido justicia”, declaró.
Javier Mauricio fue detenido a casi dos horas de Acajete –municipio en donde vive Amada– por lo que acusó a su familia de encubrirlo.
Amada reprochó que el feminicida de su hija ya había formado una familia, vivía en Chignautla con pareja e hijos, mientras tenía una orden de aprehensión en su contra.
Tanto Amada como las activistas que han acompañado el caso –uno de los primeros en ser tipificados como feminicidio en Puebla– temen que Javier Mauricio quede libre, por la pérdida de pruebas a lo largo de los años.
“Araceli fue de los primeros casos, desafortunadamente, que fueron reconocidos como feminicidios (…) precisamente por eso es la preocupación porque son muchos años ocurridos hasta la detención, y nos preocupa que no se haga un buen trabajo”, expuso Natali Hernández Arias, directora de Cafis.
La activista consideró que se reabrió una herida para la familia, la cual se vuelve a exponer tras la detención de la ex pareja de Chely, por lo que espera que las cosas fluyan de manera distinta.
