OPINIÓN: De la derecha en Morena

MORENA derecha puebla

“No solo se trata de ganar elecciones sino de defender agendas, y los partidos de izquierda en México no deben ceder a la tentación electoral, mucho menos cuando ya conservan la mayor parte del poder, a cambio de sacrificar las agendas progresistas, hoy estamos viendo la conformación del ala derecha de Morena en Puebla”.

BRAHIM ZAMORA | @elinterno16

Si bien ya se ha hablado, dicho y desdicho mucho sobre la presencia de Eukid Castañón en la campaña de Morena, y ver no solo la absurda negación sino la defensa de un personaje tan siniestro, poco se ha hablado sobre otros personajes que, aunque también ligados al morenovallismo, son más de una derecha organizada ya sea a través del Yunque o de otros subgrupos antiguamente cobijados en el PAN y ahora se van enquistando en Morena. 

Estos grupos de derecha y ultraderecha, irónicamente, resultan igual de pragmáticos a la hora de enquistarse en un partido político para buscar el poder y desde ahí operar su agenda política, retrógrada, conservadora y antiderechos. No me refiero solo a la agenda del PAN, sino a la de los grupos secretos y civiles de la derecha mexicana que larga historia tienen de incidencia y de cooptar instituciones o crearlas a modo, como la UPAEP en su momento, el CCE, el Frente Nacional por la Familia, o corrientes dentro de Acción Nacional, el PRI o en los diferentes partidos locales de corte sinarquista. 

Es por ello que resulta alarmante la laxitud con la que Morena ha decidido acogerles de la mano de Pepe Chedraui, para otorgarles espacios de control y poder en el municipio, y después, acorde con el proyecto político del expriista amigo de Moreno Valle, en la búsqueda de la gubernatura hacia 2030. 

Pecan de soberbia quienes piensan que esto será controlable una vez que tengan la capital; de ganar, muchos de los acuerdos ahora tomados, se irán rompiendo para darle cabida a cada vez más personajes de la derecha poblana e incluso nacional, hasta formar una corriente propia, con posiciones, poder y recursos, no es novedoso, es una manera histórica de operar y avanzar.

Cabe resaltar la presencia de Franco Rodríguez y la omisión de quienes han señalado a Eukid, de su presencia, abierta, con el encargo de ser coordinador político de la campaña municipal en Puebla. 

Franco Rodríguez fue respaldado por el Yunque y PAN más conservador en 2013, cuando se le peleaba a Moreno Valle la candidatura a la presidencia municipal que terminó ganando Tony Gali. Para la operación cicatriz, se le dio una diputación local, siempre con la bandera “ciudadana” que tanto le gusta portar a los grupos de la derecha (como la Marea Rosa, que ahora abiertamente apoyan a Xóchitl Gálvez). Cuando fue diputado impulsó y defendió la llamada Ley Bala, que tanto usó Morena en campaña en el 2018. 

Todavía el año pasado se vio envuelto en un escándalo, cuando Francisco Fraile García, líder moral del PAN lo señaló directamente de ser el artífice del fraude por el que ganaría Martha Erika Alonso y que derivó en el zafarrancho del hotel MM. Recordemos que Franco Rodríguez fue el coordinador de la campaña de la fallecida gobernadora. En esta nota de 24 Horas ya Fraile vaticinaba la huída de Rodríguez a Morena de la mano de Chedraui y sentenciaba: “… entonces, esto nos aterriza si el coordinador de la campaña de Martha Erika, es el mismo coordinador de la campaña de Pepe Chedraui, quiere decir que el efecto de la tentación ya quedó marcado como ADN. Aceptan el poder por el poder sin importar una ideología”.

El problema no es la derecha mexicana y poblana y sus formas de operar y colarse a diversos espacios de poder, el problema hoy, es el pragmatismo con el que la izquierda partidista recibe y protege a estos personajes que no cambiarán de ideología ni de agenda en el andar nacional. Votar hoy a Pepe Chedraui, es votar por darle un espacio de poder en Morena a la más recalcitrante derecha local y nacional, es comenzar a abrir una grieta de relatividad ideológica que puede ser muy costosa, no en los próximos tres años, sino en los siguientes seis o doce. 

Hay que aprender de las lecciones de la historia para no repetir lo que ha ocurrido en otros momentos con personajes antecesores a los que hoy nos ocupan. A veces, se gana perdiendo, o como diría Raúl Alfonsín, el expresidente argentino que para nada venía de la izquierda, sino del radicalismo, un ala del liberalismo, en 1992: “Si la sociedad se hubiese derechizado, lo que la UCR debe hacer es prepararse para perder elecciones, pero nunca hacerse conservadora”. La misma idea debería privar hoy, no solo se trata de ganar elecciones sino de defender agendas, y los partidos de izquierda en México no deben ceder a la tentación electoral, mucho menos cuando ya conservan la mayor parte del poder, a cambio de sacrificar las agendas progresistas, hoy estamos viendo la conformación del ala derecha de Morena en Puebla, y solo las electoras y electores que defendemos una agenda de libertad y derechos podemos detenerla. No debemos darle un espacio a esos grupos de este lado del espectro político, ni ceder un centímetro en los avances que se han tenido hasta hoy; como dije, el costo mañana puede ser muy alto si se les entrega la ciudad.

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