Es verdad que podemos llegar a usar extranjerismos innecesarios, sin embargo, un mundo globalizado como este requiere de conceptos que no encierran el mismo significado en español, o a ver, RAE, dime cómo digo que soy Community Manager sin parecer servidora social.
Por Rosie Arreola/ @rosieArreola
En mi Facultad decían que nunca debes confiar en un Mercadólogo que no sepa inglés, sumándole a ser una escuela fronteriza en un salón lleno de millennials, el espanglish proliferaba en nuestras bocas igual que activistas en Twitter.
En mayo de este año, la Real Academia de la Lengua Española lanzó una campaña titulada “lengua madre solo hay una”, que critica la invasión del idioma inglés en la publicidad en español. Aquí está el video:
¿A quién va dirigida la campaña? ¿Cuál es su objetivo? Detengámonos a pensar un momento sobre este case.
De primer impacto es simpático (jocoso, diría yo) cómo se expone que no todos los productos son buenos solamente por ser descritos en inglés, pero ¿realmente esta campaña cumple su cometido?
Como no queda muy claro exactamente a quién va dirigida ni qué objetivo tiene, me voy a aventurar a dividirla en dos públicos: Quienes hacen la publicidad y quienes la consumen.
Público #1: Dirigida a los profesionales de la publicidad con el objetivo de que cambien su vocabulario.
Pedrada para mi gremio. Podría ir dirigido a los amigos publicistas/mercadólogos/comunicólogos y afines, sin embargo el video no muestra alternativas a conceptos como community manager, display, casting… Además no queda muy claro qué tiene que ver esto con el resto del mensaje.
La actividad de los dos productos cool lanzados como experimento (dirigida a los consumidores) resulta contraproducente pues demuestra que el mercado responde positivamente a la publicidad embarrada de inglés, ¿Y qué quieren las marcas? Vender. FAIL #1, RAE.
Público #2: Dirigida a los consumidores con el objetivo de que no se dejen engañar por la publicidad con anglicismos y prefieran usar el español
Aquí es cuando la RAE te golpea con un salmón en la cara y te dice “¡Aprende a hablar inglés, naco!”. La actividad del perfume olor a swine y los lentes con blind effect sería interesante si mostrara las cualidades de nuestro idioma en lugar de burlarse de quienes no hablan inglés; para no dejarse engañar por la publicidad con anglicismos hay que aprender a hablarlo, por lo tanto el mensaje no cumple con el objetivo de la campaña. FAIL #2, ma friend.
Es verdad que podemos llegar a usar extranjerismos innecesarios, sin embargo, un mundo globalizado como este requiere de conceptos que no encierran el mismo significado en español, o a ver, RAE, dime cómo digo que soy Community Manager sin parecer servidora social.
La misma Academia ha agregado y adaptado palabras extranjeras al diccionario, deleiten sus ojos con algunas de ellas: Jonrón (home run), bluyín (blue jeans), güisqui (whisky), cruasán (croissant), órsay (offside), jipismo (de hippie) y mi favorita, cederrón (CD-ROM).
Sin quererlo, la RAE forma parte de ese público al que se dirige su propio video, pero querer hablarle de publicidad a los publicistas con una mala campaña, ¡Perra, por favor! (bitch, please).