Guadalupe Juárez | @LupJMendez
A Olga Nayeli N. su esposo Moisés la golpeó con un mazo, la descuartizó con un cuchillo, la quemó y después la enterró. Su asesinato ocurrió en 2014 y su feminicida todavía no es sentenciado El crimen es descrito entre lágrimas por Argelia, madre de Olga Nayeli, quien está de pie en una ofrenda montada al lado de la fuente de San Miguel, en el Zócalo de Puebla.
Para consolarla, un grupo de feministas y colectivos, entre ellos Las Hijas de Xochiquetzalli, le contestan al unísono: “¡No estás sola!”. Es el sábado 26 de octubre y cae la tarde. En la fuente yacen cruces rosas, flores de cempasúchil, velas, ropa y zapatos: una forma de protestar contra los asesinatos de mujeres por razón de género, de pedir justicia.
La familia de Olga Nayeli ha intentado participar en la mayoría de las protestas y manifestaciones contra el feminicidio realizadas en el estado, con el propósito de visibilizar el caso de su hija y evitar que se mantenga impune.
A la fecha, su madre no ha podido enterrarla porque sus restos siguen en el anfiteatro de la ciudad, pues el proceso legal contra su yerno, señalado por asesinar a Olga Nayeli, todavía no ha terminado.
A la par, libran otro proceso jurídico: la custodia de su nieta de ocho años, hija de Olga Nayeli y su feminicida, quien vive desde hace cuatro años con sus abuelos paternos.
La tarde del sábado 26 de octubre, la familia de Olga Nayeli y los colectivos exigieron que los feminicidios ocurridos en los últimos años sean esclarecidos y que no queden impunes, además de que los ministerios públicos no revictimicen a las mujeres asesinadas.
También demandaron que el gobierno cumpla con todas las acciones que debe realizar por la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM), activa desde abril del año en curso en 50 municipios de la entidad poblana.
Fotografía de portada: Hijas de Xochiquetzalli
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