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La instalación de la réplica de la Capilla Sixtina provocó el desprendimiento de lajas del atrio de la Catedral de Puebla que datan del siglo XVI, pero la afectación total al inmueble aún no ha sido comunicada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La réplica se mantuvo de forma arbitraria un mes más de lo estimado. Tras su retiro, las lajas desprendidas o fragmentadas por su instalación fueron apiladas en una esquina del atrio y cubiertas con una lona.
Otras lajas que no fueron retiradas también presentan fracturas y hundimientos, pero a falta de un dictamen técnico, se desconoce si esto fue provocado por la instalación de la réplica, para la cual se destinaron 19 millones 179 mil 778.72 pesos.
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En el atrio también es perceptible un hundimiento de por lo menos cinco metros cuadrados que se encuentra al oriente, cerca de la intersección de la avenida 16 de Septiembre y la calle 5 Oriente.
A finales de marzo, personal del INAH acudió al atrio de la Catedral de Puebla para evaluar las afectaciones provocadas por la instalación de la réplica. Pero, desde entonces, no ha hecho público ningún dictamen, a pesar de que así lo ha solicitado la Gerencia del Centro Histórico de Puebla.
En el contrato número DABS/GESAD-043/SC/022/2019, signado entre Julio Glockner Rossainz, titular de la Secretaría de Cultura, y el representante de Capilla Sixtina en México S.A. de C.V., Gabriel Berúmen Tiburcio, se establece que entre las obligaciones de este último se encuentra la reparación total o parcial de daños provocados a la Catedral.
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La réplica de la Capilla Sixtina fue inaugurada el 30 de noviembre, pero su instalación comenzó a mediados de ese mes. El contrato establecía que el desmontaje de la réplica debía realizarse del 1 de febrero al 7 de febrero, pero en realidad fue retirada hasta mediados de marzo.