PALOMA FERNÁNDEZ | @PalomaPEN
Frente a los informes oficiales de las autoridades de la BUAP, la comunidad universitaria decidió encuestarse a sí misma sobre las veces en que han sido víctimas de discriminación, acoso y conductas sexistas o machistas.
El resultado de 4 mil encuestas aplicadas a estudiantes de distintas facultades, sobre todo de Ciudad Universitaria y el área de Salud, desvela una cadena de agravios cometidas por el personal académico, no académico y administrativo.
La Encuesta Universitaria Sobre Percepción Violencia de Género y Delitos Sexuales, realizada por la Asamblea 25/02, se basó en tres ejes principales: denuncias, percepción de género y discriminación.
La Comisión de Género dentro de la Asamblea explicó para Manatí que, a pesar de que la participación de mujeres estudiantes fue una mayoría considerable, estudiantes que se reconocen como no binarios, o posibles miembros de la comunidad LGBT+, tuvieron una gran participación en dicha encuesta, haciendo visible la discriminación de la que han sido víctimas principalmente por el personal académico.
Por ejemplo, lxs estudiantes que sufrieron discriminación señalaron, en un 42.4%, al personal académico como agresor. De entre las personas que fueron discriminadas por su orientación social, el 48.1% también señaló como agresor al personal académico.
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La segunda población con más acusaciones por discriminación por identidad de género y preferencia sexual son los propios estudiantes, en ambos casos tienen el 31.1% y 32.9% de las denuncias, respectivamente.
En la encuesta, además, el 45.4% de los estudiantes que fueron amedrentados de forma física o verbal señalaron como responsables de estas agresiones a sus propios profesores.
Entre los alumnos foráneos, el 69.3% de los encuestados refirió que provenir de otro estado o municipio es de vulnerabilidad ante la discriminación y el acoso.
Gran parte de los actos en los que los alumnos se dijeron agredidos ocurrieron dentro de las aulas. Por ejemplo, el 49.9% de los estudiantes consideró que en sus clases los profesores incurren en humor sexista.
Pero es sólo una de varias anomalías. Porque el 48.9% también dijo haber recibido contacto físico no deseado por parte del profesorado.
La cifra más alta en las transgresiones por razones de género es el ser obligado u obligada a vestirse de cierta forma o realizar actos de índole sexual por una calificación de por medio. En este caso, 68.5% de los encuestados reporta haber vivido algo así por parte de su profesor o profesora.
Denuncias por agresiones no avanzan
Por si esto fuera poco, los integrantes de la Comisión de Género enfatizaron en la cuestión de las denuncias, pues si bien ellos concuerdan en que existen protocolos y mecanismos para tratar estos casos al interior de la universidad, los datos recolectados denotan la posible deficiencia de estos.
A pesar de que el 14.4% de los encuestados declaró haber levantado una denuncia ante actos de violencia, hostigamiento y/o discriminación, las cifras de casos sin resolución marcan el 61.4%, y los casos con una resolución poco eficiente se alzan con 20%.
Y, además, el 56.4% de lo que estudiantes optó por no presentar ninguna denuncia por miedo a represalias.
Nosotros hacemos mucho hincapié de que, si bien, se mantiene un discurso por parte de las autoridades de que se está trabajando respecto a la inseguridad, esto no está bastando para realmente cambiar la perspectiva en la comunidad”, declararon alumnos de la Asamblea 25/02 en entrevista con este portal.
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