PALOMA FERNÁNDEZ | @PalomaPEN*
El movimiento feminista en Puebla vive uno de sus momentos más significativos, aunque la pandemia lo haya pausado momentáneamente.
La marcha del 8 de marzo pasado, una protesta convocada contra la violencia machista, reunió a decenas de miles de mujeres en el Zócalo y las calles del Centro Histórico. La movilización fue inédita por su dimensión.
Pero el movimiento también ha anidado en otras latitudes del estado, no sólo en la capital. Y el efecto de las protestas es visible en días de conmemoración o de lucha, como el mismo 8 de marzo o el 28 de septiembre, Día de Acción Global por el Aborto Legal y Seguro.
Cinayini Carrasco, directora del Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr), denomina esta expansión como la “descentralización de la lucha feminista”, un acontecimiento que pudo haber comenzado en 2008, según estima.
No fue previsto, pues los primeros pasos al feminismo en la capital apenas y se vislumbraban con pequeños eventos y nombres que se originaron a partir de las cruces rosas para conmemorar y exigir justicia por las mujeres desaparecidas en Cd. Juárez.
Para Gabriela Cortés, directora de El Taller A.C., la evaluación del movimiento en estos años ha sido a manos de las generaciones más jóvenes, que se buscan las unas a las otras y tienen un ánimo genuino de aprender, informarse e informar a las demás.
“Hace 10 años hablar de feminismo en Puebla era algo nuevo completamente, nosotras decíamos que es como salir de un segundo closet”, comenta Cortés.
De tal forma que la marea verde y púrpura se expande por la periferia, por las serranías y por la zona metropolitana como respuesta a la violencia machista, que también ha tenido un aumento súbito en los últimos años.
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En 2005, por ejemplo, se levantaron dos reportes de mujeres desaparecidas. Para 2017, se habían registrado 368 casos. La desaparición de mujeres fue uno de los tres delitos por los que se declaró la Alerta de Violencia de Género contra la Mujer (AVGM) en 50 municipios del estado.
El 2019 cerró con Puebla como uno de los cinco estados con más feminicidios en todo el país y con un aumento del 108.3% y del 24.4% en los delitos de acoso sexual y violencia familiar respecto a 2018
En Manatí registramos la presencia de por lo menos una decena de organizaciones y colectivas integradas por mujeres que exigen el reconocimiento de sus derechos y el acceso a la justicia en casos de feminicidios, desapariciones y abuso.
Por temor a represalias, algunas han optado por no ser incluidas en el siguiente listado de organizaciones.
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La Colectiva Feminista Chignahuapan
El #28S fue el motivo perfecto para la creación de esta colectiva, que reúne a mujeres de todas las edades y perfiles por una misma causa: hacer frente a la violencia machista que se vive en Chignahuapan, donde la delincuencia que se refleja principalmente en el huachicoleo es una agravante más ante esta situación.
Aunado a esto, la ausencia de instituciones con perspectiva de género en la entidad, que más que brindar opciones a las mujeres en una situación de violencia sólo buscan desestimar la denuncia.
“Nos habla de todo el nivel de violencia que existe y que está totalmente normalizado […] comportamientos violentos o machistas se vuelven un secreto a voces que todo el mundo sabe pero que nadie levanta la voz y ni se hable de denunciar, tenemos instituciones locales simplemente incapaces de poder llevar un seguimiento al caso con perspectiva de género” comparte una representante de la organización.
Ante esto, las generaciones más jóvenes tomaron las riendas de lo que sería la primera marcha feminista en la historia de Chignahuapan, y de este hito para el movimiento poblano nació La Colectiva Feminista Chignahuapan.
La organización busca que se rompan las dinámicas patriarcales que se han normalizado a través del diálogo y debate, además de brindar un espacio de acompañamiento para aquellas mujeres en situaciones de violencia.
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Las Ácratas
Las Ácratas es una colectiva conformada en marzo de 2019 con al menos 16 integrantes activas originarias del municipio de San Martín Texmelucan y San Matías Tlalancaleca.
Estos municipio son un foco rojo nacional debido a los altos índices de delincuencia, trata de personas y huachicoleo, que se unen a una cultura machista, que ha tomado la vida de cientos de mujeres en la entidad. Las Ácratas se conforma desde la rabia y el hartazgo de estas cifras, además de una forma de autodefensa feminista dentro de la colectiva.
“Creo que todas compartimos de alguna forma, y sobre todo porque vivimos en el mismo lugar, esa tristeza, ese coraje que se siente de saber desaparecidas a varias mujeres en el municipio y pues creo que justamente ese mismo dolor esa misma rabia nos hermana, nos hermana en el sentido de que ya no nos es indiferente”, comenta Mari Carmen, integrante y vocera de Las Ácratas.
“Vimos un cambio en el que antes en la calle era más probable que un tipo que se parara frente a ti y te enseñara su miembro. Ahora es más bien una situación de poder de los hombres en la calle, saber que venían armados y enseñarte en lugar del miembro una pistola. Era como esa condición de miedo que también vivíamos, bueno, que se vive”
En este sentido, la colectiva surge como lugar de acompañamiento, contención y formación feminista que busca traspasar las limitantes que supone estar en una comunidad que vive bajo el miedo, el aumento constante de las cifras de violencia de género, y donde las autoridades son cómplices o indiferentes ante la emergencia.
Mujeres Empoderadas Cuautlancingo
Conformada por cuatro profesionistas que dedican su vocación a dar voz y apoyo a las mujeres de su municipio, Mujeres Empoderadas Cuautlancingo nace en este 2020 a partir del proyecto “Sexualidad responsable, es una vida saludable”.
Su principal objetivo, brindar apoyo o asesoría médica, jurídica, psicológica y social a cualquier mujer que se acerque a la colectiva, que busque un apoyo que sólo puede encontrar en el respaldo de una perspectiva feminista.
Con apoyo guiado a mujeres con antecedentes de violencia o tendencias riesgosas para su salud, buscan reivindicarse dentro y fuera del municipio como una organización de mujeres, para mujeres, donde todo el apoyo de las autoridades en conjunto con las iniciativas de la colectiva, sean enteramente para apoyar y dar atención apropiada a todos los casos que se lleguen a presentar.
Cuautlancingo cuenta con cifras de violencia de género alarmantes; en 2019, por lo menos 3 de cada 10 mujeres fueron agredidas físicamente en el municipio. Sin embargo, sólo se denunció un caso que no llegó a concluirse por el cese de la víctima.
Las principales violencias que pueden identificar las integrantes de Mujeres Empoderadas Cuautlancingo son la económica y/o laboral, donde las mujeres se ven en una encrucijada al no poder salir del espacio en el que son agredidas.
“Muchas de nosotras fuimos mujeres que sufrieron maltrato, denigración, pero a pesar de todo encontramos el verdadero valor de nuestra persona en el poder del yo (…) Ánimo, el día de hoy nos unimos a la lucha de todas, porque todas somos una, y una somos todas”, declaran las integrantes.
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Frente Feminista Teziuteco
Con apenas diez meses de conformación, este grupo surgió de la hermandad y la inquietud de sobrevivir en un contexto conservador con tintes machistas. Un pequeño grupo de mujeres teziutecas decidieron poner sobre la mesa la problemática machista que permanece latente en la entidad de Teziutlán.
La toma del espacio público ha sido una de sus principales vías para darse a conocer, pero en general, su posicionamiento como grupo se ha basado en conversatorios, talleres, redes de difusión (para emprendimientos de mujeres o casos que se quieran hacer públicos) y diversas actividades por medio de redes sociales.
“Darles esa voz y voto a las mujeres es muy difícil, muchas veces ves cómo la gente del propio municipio de Teziutlán se opone a que exista un frente feminista, descalifican y dicen ‘es que yo no soy machista, yo no hago acciones que te lastimen’”, señala una de las integrantes.
Para esta organización, el apoyo proveniente de estados como Veracruz o CDMX les ha animado a impulsar más información y espacios para las mujeres teziutecas.
“Todo esto nace del amor, nosotras creemos que la sororidad y en sí que las mujeres curan. Por eso nos nace realizar esta labor, derribando y progresando dentro de nuestro contexto que, si bien es difícil, vamos avanzando.”
*Con información y edición de Mario Galeana y Carlos Galeana