LULÚ FARRERA | @Lulu_Farrera
El Congreso de Puebla convocó a un parlamento abierto para discutir la despenalización del aborto en el estado, pero el 85% de los legisladores no presenciaron ni participaron en una sola mesa de discusión sobre el tema.
“Esta situación es lamentable puesto que este parlamento abierto también era para revisar la votación y para que los diputados pudieran tener elementos e información al momento de votar”, criticó la diputada local Estefanía Rodríguez Sandoval, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos (CDH).
El pasado viernes 30 de abril, representantes de distintas organizaciones feministas compartieron sus experiencias dentro de este ejercicio propuesto por el Congreso a través de un foro virtual realizado por integrantes de la Campaña por el Aborto Legal en Puebla.
Allí, Rodríguez Sandoval reprochó que sólo “tres o cuatro” diputadas participaron a lo largo de todo el parlamento, que duró del 5 al 27 de abril, con mesas temáticas dirigidas sobre salud, derechos sexuales y reproductivos, familia y derechos humanos en las que hubo al menos 160 intervenciones.
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Al margen del poco interés que manifestaron la mayoría de los integrantes de la LX Legislatura, las activistas y representantes de organizaciones resaltaron que el parlamento abierto propició que el debate sobre la despenalización del aborto tuviera una perspectiva distinta a la de la moral o la religión.
“También podemos darnos cuenta del tipo de argumentos que utilizan (las organizaciones que se oponen al aborto). Muchos carecen de información, están descontextualizados y en muchos casos no actualizan sus discursos, llegando a equiparar el aborto con un genocidio y reutilizando el mismo discurso sin sentido”, abundó la representante del Centro de Análisis, Formación e Iniciativa Social (CAFIS), Natali Hernández.
La activista Denisse Barrientos, de la colectiva Coatlicue SiempreViva, compartió como antecedente que previo a que el Congreso estableciera el 5 de abril como fecha de inicio para el parlamento, los acuerdos asignados tras la toma del Congreso referían que el diálogo se llevaría a cabo a finales de febrero.
No obstante, debido a la omisión de los diputados locales, el parlamento se atrasó casi un mes. Aun ahora, la presidenta de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Nora Merino Escamilla, ha dicho que no hay fecha establecida para que la despenalización del aborto sea votada.
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Por otra parte, Cinthya Ramírez, vocera de REDefine Puebla, compartió que lo más destacable para ella fue que muchas de las discusiones que las compañeras plantearon, giraron en torno a las experiencias de las mujeres desde un contexto local, más allá de una postura legal o de salud.
La representante de la Colectiva Hablemos de Género, Rubí Cervantes, señaló que “el aborto también implica una cuestión colectiva”, pues a lo largo del parlamento muchas participantes compartieron su punto de vista basado en las vivencias que han tenido.
“Es necesario historizar la criminalización del aborto, más que al aborto, para entender lo que estamos pidiendo y por qué. El parlamento no solo fue un ejercicio pensado en un nivel de convencimiento”, puntualizó.
Valeria Gaona, representante de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Ddeser) Puebla, dijo que desde su perspectiva como organización que acompaña mujeres, la realización de este evento provocó que más mujeres se acercaran para solicitar apoyo.
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“Antes llegaban tres o cuatro a la semana y ahora comenzamos a tener de 10 a 12. Algunas incluso pudieron acceder a servicios dentro de Puebla y otras tuvieron que ser canalizadas. Nos damos cuenta de que pese a los discursos que haya, las mujeres siguen necesitando de este servicio”.
Además, mencionó que “no todas las mujeres tienen acceso a la información o a tener un dispositivo móvil o formas para trasladarse, y ese ha sido uno de los impactos positivos que ha dejado el parlamento”.
Cinayini Carrasco, del Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr) dejó en claro que es evidente que el hecho de que un aborto sea clandestino no implica que sea inseguro y que existen formas de acceder al acompañamiento y a los cuidados posibles mediante las organizaciones.
