Las afectaciones provocadas por fenómenos y situaciones de riesgo se pueden reducir a través de planeaciones que incluyan la participación de niñas, niños y personas adultas mayores.
REDACCIÓN
Ante situaciones de peligro que puedan poner en riesgo la integridad de las personas, es de suma importancia contar con una planeación para prevenir y resguardar el bienestar de las y los poblanos.
Es por esta razón que la Secretaría de Protección Civil y Gestión Integral de Riesgos, llama a la ciudadanía a poner en práctica el plan “Mi familia preparada”, guía de prevención que en ocho sencillos pasos que orienta a los individuos ante situaciones de riesgo.
Esta planeación está desarrollada para que todos los integrantes de la familia, ya sean niños, niñas, jóvenes, adultos y adultos de la tercera edad, puedan ser partícipes en la tarea de disminuir las afectaciones generadas por distintos casos de emergencia.
TE PUEDE INTERESAR: Recomendaciones de Protección Civil para evitar incendios
Los 8 pasos que comprenden este plan son:
1. Información del grupo familiar: Elaborar un listado con las personas que componen el grupo familiar, incluir a las que presentan dificultad en el desplazamiento y que requieren apoyo de otras personas; así como información adicional como grupo sanguíneo, nombre, sexo, edad, enfermedades, medicamentos, contraindicaciones o alergias de cada integrante de la familia.
2. Identificar las amenazas dentro y fuera de la vivienda: Realizar un reconocimiento del inmueble habitado y su entorno. Analizar las condiciones tomando en cuenta ubicación, características de la vivienda y comunidad.
3. Definir lugares de seguridad, puntos de encuentro y rutas de evacuación: Todas las personas deben identificar al interior de la vivienda las zonas de menor riesgo, es decir, lugares estructuralmente más sólidos.
4. Dibujar un mapa de la vivienda y alrededores: Identificar todos los sectores de la vivienda, y marcar las zonas de menor riesgo y las rutas de evacuación. (Importante localizar el suministro de energía eléctrica y las llaves de paso de agua y gas.)
5. Definir roles para cada miembro de la familia en caso de emergencia: Identificar las principales tareas que se deben desarrollar durante una emergencia y establecer a la persona responsable de realizarla. Si hay mascotas, definir las acciones para su cuidado y protección.
6. Elaborar un directorio de contactos: Incluir números de emergencia, contactos de familiares, consultorios cercanos, farmacias, agua, luz y gas. Revisar y actualizar regularmente el listado.
7. Tener lista la mochila de emergencia: Debe incluir lo siguiente:
– Artículos de higiene (papel higiénico, toallas de mano y cara) y de primeros auxilios (algodón, alcohol, vendas)
– Alimentos no perecederos (agua embotellada, chocolate en barra, atún, comida enlatada)
– Documentos personales (acta de nacimiento, CURP, RFC, escrituras, identificaciones)
– Equipo de comunicación (linterna, radio portátil, pilas, silbato, agenda con contactos de emergencia)
– Elementos de protección ante COVID (cubrebocas, jabón, gel antibacterial)
8. Practicar el plan: Una vez elaborado el plan, se deberá poner en práctica para identificar los puntos vulnerables que deban ser mejorados. Todas las personas que integran la familia deben conocer los ocho pasos del plan y ponerlo en acción previo a una emergencia para probar su efectividad.
Realizar y participar en simulacros es parte de la cultura de la prevención, la preparación ante los eventos de emergencia pueden evitar situaciones de desastre.