En nuestra columna invitada, Alexa Rodríguez señala las violaciones de derechos humanos cometidas contra migrantes en Puebla.
ALEXA VELÁZQUEZ RODRÍGUEZ | @AlexaGrdz
A propósito del 18 de diciembre —día internacional del migrante—, como parte de un trabajo de investigación colaborativo desde el área de asuntos migratorios del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría S.J. de la Universidad Iberoamericana Puebla, hemos colaborado en la realización del informe titulado “Vidas en contención: privación de la libertad y violaciones a derechos humanos en estaciones migratorias de Puebla y Tlaxcala, 2020-2021”. El documento que se presentará en enero de 2022 es resultado principalmente de 45 entrevistas realizadas entre agosto y septiembre del presente año a personas migrantes detenidas en las estaciones migratorias (EEMM) mencionadas previamente. Los testimonios incluidos nos dan cuenta de las violaciones a derechos humanos durante la detención, “presentación y alojamiento” de niños, niñas y adolescentes acompañados y no acompañados, mujeres migrantes embarazadas y adultos de diferentes edades y nacionalidades (incluidas personas nacidas en México).
El título del informe se debe a que las vidas de estas personas se encuentran “en contención” a causa de la política migratoria del Estado mexicano, reconocida abiertamente por López Obrador, la cual, agudizada durante la pandemia, se enfocó en controlar y contener flujos de migraciones forzadas mediante la privación de la libertad. En el proceso de detención y alojamiento los migrantes viven con pocas certezas jurídicas, de manera prolongada y abusiva, como parte de una estrategia de política disuasiva que desincentiva la protección internacional y que generalmente culmina en una expulsión de México o un traslado obligado de la autoridad migratoria a ciudades mexicanas del sur como Tapachula.
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A partir de los casos documentados en el informe, sabemos que las personas en movilidad internacional en Puebla y Tlaxcala fueron detenidas de manera violenta, con golpes, jalones, malas palabras, amenazas, robos y extorsiones por parte de las autoridades que las detienen. Un 60% de las personas entrevistadas reportaron que, en la detención, los agentes del Instituto Nacional de Migración no mostraron su identificación oficial con fotografía, ni mostraron un documento que autorizara el operativo de verificación migratoria. De igual forma, es importante destacar que al menos una docena de testimonios registrados en las entrevistas refieren la creciente y preocupante participación de la Guardia Nacional, o bien de policías estatales y municipales—en ocasiones sin estar actuando de manera coordinada con agentes migratorios y sin ser autoridades facultadas para realizar operativos migratorios—.
Respecto a las condiciones del “alojamiento” en las EEMM correspondientes, son lugares que cumplen los requisitos para catalogarse como “entornos sociales torturantes”, pues se recopilaron testimonios que narran las condiciones que operan en estos espacios gubernamentales donde las personas migrantes detenidas son víctimas de insultos, burlas y tratos crueles e inhumanos por parte del personal de las instalaciones.
Sumado a lo anterior, la detención migratoria se vive en un constante hacinamiento debido al no respetar la capacidad máxima autorizada de cada EEMM—Tlaxcala 40 personas en total y Puebla 60 personas aproximadamente—llegando a un máximo reportado por celda de 60 personas en ambos estados (en Puebla hay al menos tres celdas y en Tlaxcala al menos dos). Otro problema es el número de días en detención, el cual debería ser un máximo de 15 días, sin embargo, el promedio total de días en detención (a partir de 45 casos) es de 38 días, y el máximo registrado es de una persona que pasó 139 días en la estación migratoria de Puebla.
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Asimismo, en las entrevistas nos han compartido lo siguiente: la ropa de cama y las colchonetas siempre están sucias o las comparten; existe una falta de atención médica y psicológica; han ocurrido intentos de suicidio y huelgas de hambre; hay carencia de cubrebocas y gel antibacterial; no hay agua caliente desde hace varias semanas, que los baños y regaderas están sucios y sin privacidad; tienen acceso a una ducha 2 o 3 veces por semana; kit de limpieza insuficiente, de mala calidad o inexistente; y el cobro por ciertos artículos.
En referencia a los cobros por artículos, servicios o comida al interior de las estaciones migratorias, algunos precios que las personas detenidas en Puebla nos han mencionado son: $200 MXN por un kit de limpieza, $100 MXN para una llamada de 3 minutos, $50 MXN un jabón chico, $500 MXN 1 kg de carne, de $500 USD a $1,000 USD para permitir la salida de personas migrantes detenidas, entre $30 y $40 para tener acceso a su medicamento, o hasta $1,000 USD por una asesoría jurídica ofrecida por un solo despacho legal.
Frases que se repiten constantemente respecto a las condiciones de vida en las EEMM, que hemos registrado en lápiz y papel (pues no se puede entrar con aparatos electrónicos ni celulares), son: “pregunté por mis derechos y me respondieron que aquí no hay”, “dormimos como sardinas pegadas”, “uno se puede morir aquí y no pasa nada”, “no es justo que lo hagan sufrir a uno de esta manera”, “no es justo esperar todo el día el baño”, “me cansé de preguntar si había abogado”, “aquí, si no tienes dinero, te quedas”, “sabes que entras, pero no cuándo sales”, “por miedo a ser retenido más tiempo, nadie presentaría una queja”, “te encierran y no te dicen nada”, “te puedes estar muriendo y no te hacen caso”.Para finalizar, el informe Vidas en contención de la IBERO Puebla tiene la intención de informar y brindar recomendaciones no solo a la comunidad universitaria, sino a los diversos actores de la sociedad y autoridades involucradas directamente en las detenciones, la ayuda humanitaria y los procesos migratorios que ocurren en Puebla y Tlaxcala. También, busca incentivar acciones a favor de la búsqueda de justicia por las múltiples violaciones a derechos humanos de las personas migrantes, pues se trata de seres humanos que transitan por México en condiciones de vulnerabilidad extrema y agravada por una estructura política mexicana e internacional violenta.
Migrantes en Puebla
