La jornada de vacunación contra covid-19 realizada en el Centro Expositor de Puebla fue criticada por los asistentes debido a su pésima organización.
CARLOS GALEANA | @CarlosGaleanaB
Si alguien viera las imágenes de la primera jornada de vacunación masiva del 2022 que se realiza en el Centro Expositor de Puebla, pensaría que la pandemia por covid-19 comenzó ayer.
Miles de personas abarrotan la zona de los Fuertes. No hay “sana distancia” a pesar de que en las últimas 24 horas los contagios por el virus en la entidad pasaron de 941 a mil 42. No hay señaléticas ni personal de gobierno, al menos de forma visible, a quien acercarse para despejar dudas básicas: ¿Dónde se deben formar las personas de 50 a 59 años? ¿Y los adolescentes de 12 a 14 años con comorbilidades? ¿Y los jóvenes de 15 a 17? ¿Y los docentes? ¿Y los rezagados?
Es más fácil encontrar una aguja en un pajar que el orden de las filas. Hay más quejas por la logística que personas anhelando vacunarse.
El vacío de información es llenado de manera involuntaria por policías municipales que son abordados con preguntas relacionadas a la organización.
“Busquen a los de la brigada, deben estar por allá”, dice amablemente uno de los elementos señalando hacia todas partes. Su respuesta es rápida. Pide que el tránsito fluya para evitar que haya más aglomeración, más caos.
La gente avanza. Las preguntas siguen. La desesperación por no saber hacia dónde caminar perdura.
“¿Esta es la fila de los maestros?”, “¿Esta fila para qué es”?, se oye por todos lados. Una persona pregunta a otra. Dos personas que posiblemente no se volverán a ver, se hablan. Son los otros efectos de la vacuna.
—¡Sólo me quiero vacunar!, seguro es lo que dice alguien en pleno brote de desesperación después de caminar en la zona durante varios minutos.
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Encontrar la hilera que le corresponde a cada quién es cansado. Se nota en los rostros de las personas que van amontonándose, en el sudor impregnado en sus cuerpos después de deambular bajo el sol; en una que otra exhalación.
También hay molestias. En las filas se alcanzan a escuchar un par de maldiciones.
Mientras tanto, en las redes sociales de la Secretaría de Salud del estado hay un video publicado en donde se observa a su titular, José Antonio Martínez, vacunar a una profesora. Viene acompañado con música que trata de emocionar a quienes lo ven y segundos antes de que termine se escuchan aplausos.
Minutos más tarde publican que la aplicación para este sector de la población comenzó sin incidentes y que durante la jornada más de 120 mil docentes del estado recibirán su refuerzo contra la covid-19.
Horas antes, el gobernador Miguel Barbosa, acompañado del secretario de educación Melitón Lozano, y la titular de la Secretaría de Educación Pública, Delfina Gómez, mandó un mensaje a través de la conferencia de prensa matutina que realiza el gobierno federal todas las mañanas.
“El tema del Omicron lo vamos a enfrentar con mucho orden, con las características generales que todos conocen”, dijo cuando el fracaso logístico comenzaba a germinar.
El otro virus es la desorganización.
A pesar de todo, hay personas en el lugar y en redes sociales que presumen haber estado formadas más de cinco horas para ser vacunadas con biológicos de Moderna, Pfizer, Sputnik o AstraZeneca.
Por más que se dijo en los comunicados oficiales que el horario de aplicación sería de ocho de la mañana a cinco de la tarde, hubo personas formadas desde antes de que amaneciera y después del atardecer.
Aunque en los boletines de prensa se dejó en claro que las vacunas comenzarían a aplicarse de forma ordenada, por edades y orden alfabético, nadie se enteró. O nadie quiso enterarse, ni los encargados de poner orden en la jornada. Pareciera que en Puebla la pandemia comenzó ayer.
Para consultar los requisitos y las fechas de vacunación o refuerzo para docentes, adolescentes, jóvenes, personas de la tercera edad y rezagados puede consultar la página previenecovid19.puebla.gob.mx/vacuna.
