¿Quién decidió que no tengo derecho a la tristeza?, el mundo no es solo para las personas felices, por ello tanta gente sufre en secreto, porque quien sufre en público es juzgado por no ser feliz.
He decidido andar ligero hacia la libertad: hacia la ausencia del miedo. Dejo atrás mi fraternidad con el mundo y a los amores que amé sin condición o los que amé incluso antes de conocer.
Desgraciadamente por pretextos de tiempo o por la burbuja en la que nos hacen vivir olvidamos observar y sentir que sobre esas piedras y veredas también transitan personas, amores, odios, alegrías: también caminan muchas historias.