Gente con pelos teñidos, piercings, gente de traje, cualquier religión, diferentes orígenes, y a la mayoría de los que vivimos ahí no nos importa, se convive con todas las diferencias.
Eso es lo lindo de viajar. El chocarte con las diferencias y aprender a entenderlas y quererlas, el conocer gente de todo el mundo y así sentir cada parte del mundo como una parte tuya también, llenándote de experiencias.