Románticos y rebeldes: una noche de ska con Los Estrambóticos y La Tatuza

Fotografía: Carlos Galeana
Fotografía: Carlos Galeana

Por Antonio Tecuapetla / @AntonioTecG

No estábamos ahí para ser bocazas y demandar una realidad que a todos nos concierne. Dejamos a un lado las playeras políticamente incorrectas para cambiarlas por algo más simbólico, una virgen de Guadalupe con guantes de box sobre un ‘ángel’ con alas color tricolor (como la bandera de México) que levantaba un cinturón de campeonato de dicho deporte; esa imagen que identifica la portada de ‘Lucha y Resiste I‘.

Fotografía: Carlos Galeana

Fuimos a olvidar por una noche a la sociedad para recordar las sensaciones más inmediatas que la música evoca en nuestro corazón. “Nos pondremos románticos, tantito, porque no hace daño” sentenció Arturo durante las primeras canciones.

Porque justamente ese sentir íbamos a tener con Los Estrambóticos. Lo suyo es hacer bailable el desamor, historias que encajan en cada uno de los presentes que gastaban su voz, el público era capaz de crear una coreografía de empujones mientras repetían y acompañaban a la banda con ‘Camino a ninguna parte’, ‘volverte a ver’, ‘no te quise lastimar’, y ‘El cuchillo’.

El punto era no dejar de movernos. Ellos jugaban con los ritmos, ponían a zapatear bajo solos de saxofón que recordaban el jazz al igual que covers, desde ‘El orangután’ de Chico Navarro hasta el homenaje a Charlie Parker.

Ficciones o no ficciones que no mencionaré por la confianza que existió con el público. Lo de ellos también es enlazar historias con el título de sus canciones; bromas, risas, confesiones, también recordatorios de algo que a todos nos tenía ahí: el amor. Necesitaban decir  ‘Gracias’, ‘oír tu voz’ y ‘tú’.

La gente pedía más, no se cansaba, necesitaba desahogar el significado que cada uno tenía para las letras que le recordaba, les hacía empujar a los demás, no importase que hubiera desgraciados que solo lo hacían para aprovechar y secarse el sudor.

Tuvimos canciones para cualquier situación, ‘Mi tamagochi’, ‘Peter Punk’, y para los románticos de tiempo completo ‘Me enamoré en la cola de las tortillas’ también encajaron dentro del repertorio. Todo para finalizar, con ‘La Herida’ y ‘Soñar contigo’ tras un momento instrumental.

Sin embargo, el relajo tenía que continuar. Tras un breve silencio de instrumentos, ‘La Tatuza‘ empezó con la marcha imperial de Star Wars y con el recordatorio que su segunda producción está en camino. Unos regresaron a tomar posiciones en la pista mientras otros hacían fila para platicar con la banda anterior.

Eso no fue impedimento para los poblanos en escena quienes invitaban a todos continuar el slam con un discurso más revolucionario y canciones de reggeae, trompetas y guitarras que recordaban a The Ramones, Michael Jackson y AC/DC.

Aquí no existíó revolución explícita, solo recordamos que la música llega por historias, ficciones y verdades… porque detrás de cada canción hay una emoción.

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