LUIS SORIANO | @LuisSorianortz
Las campañas electorales han comenzado y las elecciones del 6 junio se acercan cada día.
Durante este tiempo, a nivel nacional se ordenó la transmisión de 19.5 millones de spots en todas las estaciones de radio y televisión. Esto representa 314 mil 516 mensajes cada día.
Más que mensajes, esta profusa campaña es un bombardeo: vacunas, corrupción, gobiernos fallidos, partidos, fraudes, pandemia, abuso… no hay tema que los partidos dejen fuera para desprestigiarse unos a otros.
Pero ¿qué efecto tiene todo esto en las personas que deben escucharlo? ¿Cómo afecta al oficinista que toma su autobús a las 7 de la mañana escuchar, de lunes a viernes, que la mafia del poder es responsable de su vida?
¿Qué efecto tiene para una vendedora en el mercado escuchar, durante todo el día, que Morena fue responsable de la muerte de cientos de miles de personas contagiadas de covid-19?
O, siendo más generales, ¿qué efecto tienen las campañas electorales en la salud mental de las personas?
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Dulce María Pérez Torres, psicóloga social y pedagoga de la UPAEP, consideró que la contaminación auditiva y visual puede generar ansiedad, desconcierto e incertidumbre en los electores.
El exceso de mensajes políticos —explica en entrevista con Manatí— podría causar confusión en el público, mientras el desencanto por los partidos y las rivalidades políticas entre uno y otro se acentúan.
Pérez Torres asegura que las campañas políticas tienen un objetivo claro de manipular y sugestionar a la población para votar por determinado candidato. ¿Cómo lo hacen? Relacionando a los candidatos con “elementos familiares”.
Para la académica esto representa un problema, pues el fuego cruzado entre partidos políticos, las campañas políticas vacías y el nulo énfasis en las propuestas puede llevar a los electores a votar en contra de sus intereses sin que ellos se den cuenta.
Esto es evidente incluso para personas jóvenes que recientemente se han graduado de carreras relacionadas con la salud mental.
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Por ejemplo, Osvair Argüelles, psicólogo por la Universidad Anáhuac, asegura que las campañas de comunicación masivas, sean políticas o no, pueden tener un efecto en la salud mental, pues a través de la empatía las campañas políticas y los contenidos mediáticos buscan evocar emociones en los electores.
Argüelles argumenta que los contenidos políticos pueden acentuar condiciones existentes en los electores.
“Por ejemplo, una persona que vive con trastorno de ansiedad generalizada podrá sentir preocupaciones recurrentes respecto al contexto político, pero también al familiar, o al laboral, la clave está en lo generalizado de la angustia. En otro ejemplo, una persona que vive con personalidad paranoide podría tener suspicacia y actitudes hostiles ante las actividades de una campaña y/o engancharse en discusiones acaloradas con simpatizantes de determinados partidos”, abunda.
Pero Argüelles aclara que las consecuencias de las campañas electorales en la salud mental no han sido estudiadas a fondo en los círculos académicos. La propaganda explica, se usa con el objetivo de persuadir, y esto sitúa sus efectos en el terreno de lo especulativo.
Recomendaciones de dos expertos
Con todo lo anterior, la psicóloga social Dulce María Pérez Torres considera que las personas deben ejercer su derecho al voto desde la conciencia ciudadana. Con un ojo crítico sobre las propuestas y con un seguimiento a las carreras de los candidatos y candidatas.
Mientras que el psicólogo Osvair Argüelles considera que las personas deben analizar cómo se sienten respecto al bombardeo de campañas.
Si para alguna persona resulta excesivo, recomienda que tome la mayor distancia posible de las campañas y se priorice la salud mental.