Las historias no contadas 

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Fotografía: Daniel Chazari

Las historias no contadas es un texto que forma parte de “Promotoras del Caos”, columna escrita por Aborto Legal Puebla.

Por Tamara Blanca Castillo | Campaña Aborto Legal Puebla

Para mí abortar significa un acto de liberación extrema, difícil, pero necesario. Cuando ser  madre no es lo que se desea; me comparte Lucy, la madre de una querida amiga. Ella abortó  hace 35 años y pienso en la historia no contada, en el silencio que se ha perpetuado por  generaciones, en la clandestinidad que se convirtió en un acto de resistencia; siendo esta una  lucha por la autonomía sobre el propio cuerpo y en cada una de esas mujeres que abortó. 

Las mujeres abortan y lo han hecho a lo largo del tiempo; las indígenas lo hacían con  prácticas de las curanderas y entre hierbas sagradas y rituales, buscando en la clandestinidad  la respuesta a los embarazos no deseados. Miles de voces que narraban historias sobre aborto  se quedaron atrapadas en el eco de la norma social que considera al aborto como un tabú  indeleble; es por ello por lo que, esta columna es de y para las mujeres diversas que abortaron  y que hoy decidieron compartir su historia con otras.  

¿Te imaginas tener un hijo a los 23 años? comenta Constanza. No, no, es difícil de  procesar porque no hubiera sido nada de lo que soy ahora. Abortar es una decisión difícil,  pero también responsable. Tomé la decisión porque no tenía mucho que había sido madre;  acababa de tener una cesárea y era muy riesgoso tanto para mí como para el bebé. Fue por  salud de todos los involucrados.  

Legalizar el aborto no implica promover una actitud irresponsable, sino es la  posibilidad de reconocer la complejidad del contexto que viven las mujeres. La vida no  siempre sigue un camino lineal y predecible; es por ello que la maternidad debe decidirse  bajo lo personal. 

Fue una decisión exprés, viajé a la ciudad de México. Recuerdo que mi mamá me  cuidó a mi hija mientras iba a realizarme el procedimiento; no me considero experta en el  tema, pero era privilegiada y estaba informada, debido a que un familiar tenía una clínica.  Sabía que estaba en buenas manos, tuve mucha suerte; además en ese momento me  acompañó el papá de mi hija y a pesar de todo, tenía miedo, por eso te repito, el aborto no  es una decisión fácil. Recalca Constanza.

Escribo esta columna, leo y releo a mis entrevistadas atesoro la confianza y pienso en la  ternura de la que acompaña y escucha, Ale me platica que su experiencia no fue nada grata:  Lo recuerdo y aún me cuesta trabajo comentarlo, porque para mí fue una experiencia difícil,  tuve un proceso muy complicado, mi madre me acompañó todo el tiempo, de verdad no sé  qué hubiera pasado si ella no hubiera estado a mi lado. 

El derecho de las mujeres y de personas con capacidad de gestar a tomar decisiones  sobre su salud y su futuro reproductivo, significa mucho más que una eliminación de  restricciones legales; es un paso hacia la garantía de los derechos fundamentales,  promoviendo el respeto individual en la diversidad de experiencias. Acceder a servicios de  aborto de manera segura y legal, es preservar el bienestar de miles de mujeres poblanas,  demostrando un compromiso sólido con la autonomía de los cuerpos de las mujeres, de la  salud e igualdad.  

Mi experiencia con el aborto fue a los 24 años en ese momento llevaba algunos  meses, casi un año con el que hoy es mi esposo y la verdad es que fue una decisión tomada  desde antes de que estuviera embarazada. Ambos no queríamos ser padres y fue un acuerdo  desde que inició mi relación, me cuenta Nely. 

Te soy honesta, cuando me enteré de que estaba embarazada sí estaba sorprendida,  tenía un sentimiento de autodecepción porque realmente nos cuidábamos, solo sucedió y  falló. No te voy a mentir, aunque estaba muy segura de que no quería tenerlo, fue complicado  porque en esa época mi padre y mi abuelo constantemente me expresaban el deseo que tenía  de tener un nieto, pero yo no quería ser madre. 

Ya sabía de algunas colectivas, incluso lugares dentro de Puebla que podrían  ayudarme, sabía dónde podía encontrar misoprostol de manera clandestina, tenía opciones.  Acudí a una organización y una chica me acompañó en el proceso, a la vez mi pareja, una  ginecóloga y elegí a mi madre como contacto de emergencia, tal cual me lo recomendaron  hacer.  

Ahora que te cuento mi historia, pienso en que podría resumir que abortar es una  decisión reproductiva más, no es un método, pero sí es una decisión reproductiva 

La legalización del aborto reconoce la diversidad de situaciones y ofrece a las mujeres la  posibilidad de tomar decisiones informadas que se alineen con su proyecto de vida. La  imposición de la maternidad forzada puede tener consecuencias devastadoras; ya que puede  afectar cuestiones económicas, de salud y personales. 

En mi círculo cercano no se habla de este tema, recalca Lucy, mis amigas nunca lo  mencionan, en mi familia menos, ya que es muy conservadora. Soy la única junto con mi hija  que lo llegamos a mencionar si sale a la conversación, siempre con respeto, pero con  claridad pues la familia sabe que asistimos a marchas de apoyo a la libre elección de las  mujeres sobre su cuerpo y la reacción es generalmente de incomodidad.  

Aborté cuando tenía 21 años, antes de hacerlo no sabía prácticamente nada sobre el  proceso, no había información ni nada al respecto. Hay que considerar que esto ocurrió  hace 35 años. Tuve mucho miedo de todo lo que implicaría un embarazo y el tener un hijo,  era soltera y en mi casa había mucha violencia intrafamiliar, temía las consecuencias. En  ese momento el novio que tenía no era el mejor para establecerme; además que quería seguir  estudiando. En el proceso me acompañó él que era mi novio, nadie más sabía, fue un proceso  muy solitario. 

Recordar todo esto es reacomodar esa experiencia que viví. Hoy agradezco el valor  que tuve al hacerlo, porque me gusta mi vida como es. Me ha tocado ver después de tres  décadas como han cambiado las cosas y como cada vez hay más apoyo para el aborto libre  y seguro, en verdad eso me alegra mucho.  En la Campaña por el Aborto Libre y Seguro en Puebla, existe una diversidad de  mujeres y disidencias sosteniendo el trabajo, unas desde la ternura acompañan, otras desde  el aspecto legal, algunas investigando, escribiendo y difundiendo información, todo esto con  el fin de que en este proceso las mujeres no estén solas y que cada una de sus historias que  atraviesan sean validadas. Cerramos el año celebrando que en Puebla se habilitarán siete  clínicas para acceder a este servicio, bien lo menciona Lucy que nunca nadie más viva algo  tan aterrador como lo que viví siendo joven, deseo que sean acompañadas y comprendidas  siempre en dignidad y empatía.

Los materiales publicados en la sección “Opinión” son responsabilidad del autor/a y no necesariamente reflejan la línea editorial de Manatí.

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