El venezolano Luis Britto y el mexicano Óscar de Pablo, dos obvios partidarios de Nicolás Maduro, negaron que el gobierno de Venezuela se haya convertido en una dictadura.
Son, en Argentina, el mayor símbolo de lucha contra la violación de derechos humanos y de memoria, para nunca olvidar ni permitir que vuelva a suceder en el país un régimen tan inhumano.
Prohibieron el sueño, la rebeldía, el trabajo, el grito, la solidaridad, el abrazo, los besos, las letras, las palabras, (los libros se volvieron combustible para las hogueras militares), la comida, las risas, el amor, la dicha de sentirnos algo, de ser un nosotros.
Recuerdo con alegría sus manos acariciando aquello poco que teníamos y que él siempre agradecía bendiciendo la Tierra y contándome historias sobre ella y su sabiduría
¿Cuántas veces hemos sido testigos del linchamiento generalizado en las redes, cuando alguien expresa una idea que se opone o contradice a lo que la mayoría opina?