La fundadora de La voz de los desaparecidos, María Luisa Núñez, asegura que si antes las investigaciones sobre personas no localizadas ya eran lentas, ahora, en plena contingencia sanitaria, se han hecho sumamente deficientes.
Quizá esa sea la primera batalla en la cruzada que el único colectivo de familiares de desaparecidos en Puebla ha iniciado en el estado: la indolencia o el escepticismo de aquellos que no han perdido a nadie.