El nombre de Víctor, su figura, pese a todo, sigue alimentando luchas y rebeldías. No solamente en Chile, en toda América Latina y el mundo sus canciones y poemas adornan cientos de plazas y calles
hora la felicidad ya no se encuentra en esas pequeña cosas y seres que tú iluminaste con canto. Y pasa también que hoy, aquí, sentado, escucho tu manifiesto y me conmuevo como tantos
Prohibieron el sueño, la rebeldía, el trabajo, el grito, la solidaridad, el abrazo, los besos, las letras, las palabras, (los libros se volvieron combustible para las hogueras militares), la comida, las risas, el amor, la dicha de sentirnos algo, de ser un nosotros.
Recuerdo con alegría sus manos acariciando aquello poco que teníamos y que él siempre agradecía bendiciendo la Tierra y contándome historias sobre ella y su sabiduría