Las autoridades han creado una estrategia para encubrir su incapacidad de investigar la desaparición de personas en Puebla. Una práctica que una investigación de la Ibero Puebla llama “burocratización del dolor“.
GUADALUPE JUÁREZ | @lupjmendez
El no atender de inmediato las denuncias de familiares de personas desaparecidas, hacerles creer que investigan sin hacerlo y que sean ellos los que entreguen oficios en lugar de los servidores públicos son estrategias para desgastar a los familiares y “drenar” su exigencia de control ante la incapacidad de dar resultados.
Así lo concluye el informe Situación de la desaparición de personas en Puebla, elaborado por el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría (IDHIE) de la Ibero Puebla, en el que llaman a estas estrategias como burocratización del dolor.
Esto se da en tres momentos: el primero es la dilación, la cual se presenta cuando una persona se acerca a denunciar y el Ministerio Público da como argumento que deben esperar 72 horas, cuando eso está prohibido.
De hecho, es una de las razones por las que se puede iniciar un procedimiento de responsabilidad administrativa contra los funcionarios.
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La dilación se presenta también cuando los agentes sólo les expiden un acta circunstanciada o les asignan un Número Único de Atención Temprano, cuando en realidad están obligados a iniciar una carpeta de investigación.
“Mi papá desaparece un viernes (…) El sábado nos volvimos a reunir, fue cuando intentamos poner la denuncia, no nos la recibieron porque era fin de semana y para esto, pues pasaba domingo y lunes era día inhábil, entonces pusimos la denuncia hasta el día martes”, consigna uno de los testimonios retomados en el informe.
La estrategia dilatoria se presenta cuando un familiar quiere darle seguimiento a la investigación de la Fiscalía, ya que debe de invertir un día completo, pues no saben si los van a atender o a qué hora.
Lo mismo pasa con la Comisión de Búsqueda Estatal, ya que en las peticiones de búsqueda hay casos en los que tardan hasta más de un año en revisar los punto que los familiares detectan.
Autoridades que simulan
El segundo momento es la simulación, la cual se presenta –de acuerdo con los familiares— cuando se ven obligados a “presionar” para que las autoridades actúen.
Esto incluye el giro de oficios o la acumulación y engrosamiento de carpetas de investigación, “como si existiera la idea en la institución que entre más hojas incluye en la investigación, aumentará la percepción de que realizan avances en el caso”.
María Luisa Núñez, fundadora del Colectivo La Voz de los Desaparecidos en Puebla, denuncia que han detectado carpetas de investigación hasta de mil folios.
Familias hacen el trabajo
La tercera es la sustitución, cuando las familias hacen el trabajo de los funcionarios, como ir en búsqueda de las grabaciones de cámaras de seguridad o la entrega de oficios de una dependencia a otra o incluso entre una oficina a otra de la misma Fiscalía.
“Yo me dirigí aquí, al complejo de seguridad de San Andrés [Cholula], y ahí me dicen que vaya yo a hacer las investigaciones, y que busque con familiares, con sus amigos, a lugares donde él frecuentaba si no estaba ahí”, consignan.
Vicky, madre de Nadia Guadalupe –quien desapareció el 27 de octubre de 2017, cuando tenía 17 años de edad–, aseguró que a más de cuatro años de su búsqueda solo una persona está detenida, pero el juez que lleva el caso le dijo que tiene que llevar un testigo para que no salga de prisión.
La desaparición cambia… pero más lo hace una búsqueda
“Es muy difícil cuando nos enfrentamos a una fiscalía revictimizante, a una comisión que desgasta y no busca, es muy difícil y lo seguimos haciendo, nos seguimos acompañando porque vale la pena y vale la pena todos estos logros”, dice Irma Orgen, la fundadora de Uniendo Cristales.
Es así como en medio de la búsqueda han surgido los colectivos, que se han convertido en comunidades de apoyo, que se pasan “el tip”, los números de atención, la estructura para presentar la queja o denuncia, apoyos simbólicos al grado de llamarse familia y “darse fuerza” entre ellos.
“De momento nos rompe la vida, luego el impacto de la búsqueda, y aquí el tiro les sale por la culata, porque cuando ellos quieren tenernos ocupados desplomados en el suelo, algo sale a resurgir aquí, el coraje, el amor infinito que era inimaginable”, dice María Luisa Núñez.