Derechos Humanos

Dos años sin nosotros

Creo que deberíamos mirarnos no sólo en los padres y las madres de Ayotzinapa, sino también en los familiares de cada una de las personas que ha muerto o desaparecido por culpa de la avaricia, la ambición y la falta de sensibilidad hacia nosotros.

Más temprano que tarde

Prohibieron el sueño, la rebeldía, el trabajo, el grito, la solidaridad, el abrazo, los besos, las letras, las palabras, (los libros se volvieron combustible para las hogueras militares), la comida, las risas, el amor, la dicha de sentirnos algo, de ser un nosotros.

El odio le ganó al amor

El fin de semana las calles de Puebla, y de varias ciudades del país estuvieron repletas de personas con pancartas y voces llenas de odio.

Una católica te escribe

Soy católica y estoy a favor del amor.
Y por ello me pregunto: ¿Cómo habría actuado Jesús en estos tiempos posmodernos? Porque sinceramente, no me imagino a Jesús marchando en contra de las uniones homosexuales, lo imagino estando con ellos, como hizo con Zaqueo: hoy me hospedo en tu casa, lo veo comiendo con ellos, lo veo diciéndoles: no te juzgo anda en paz y no vuelvas a pecar. Pues algunos católicos han radicalizado el objetivo de la marcha por la familia.

Distinguir no es discriminar

Propios y extraños se volcaron a las redes sociales en defensa o rechazo del comunicado universitario sobre “matrimonio igualitario”.

Un mundo donde quepan muchos mundos

Contra el discurso retrogrado de “lo natural”, nuestra más intima y trascendente esperanza de que la única naturaleza humana es la solidaridad, amorosa y plural.