Roberto Longoni

Quino: cambiar el mundo con unos “simples trazos”

Mafalda reivindica la ingenuidad del niño o niña que, en medio de una conversación de adultos, sin ningún tipo de filtro, cuestiona la razón de que los policías golpeen jóvenes, de que las mujeres sean despreciadas por sus trabajos en el hogar,

Víctor Jara: la actualidad de un canto libre

El nombre de Víctor, su figura, pese a todo, sigue alimentando luchas y rebeldías. No solamente en Chile, en toda América Latina y el mundo sus canciones y poemas adornan cientos de plazas y calles

Chile: la digna rabia y la alegre rebeldía

Aquí no se trata de culpar a un gobierno para enaltecer al otro, sino de denunciar una lógica perversa y hostil a la vida humana, y de construir desde abajo

El terror no es un accidente

nos convertimos en sirvientes y esclavos de algo que en último término no nos pertenece y que tampoco comprendemos bien de dónde viene, pero que va determinando nuestras formas de ser, actuar y estar en el mundo. Bajo esta forma de relacionarnos tampoco es posible reconocernos humanamente, pues el otro solo existe o importa en tanto pueda aportar algo a la cadena de producción

Un grito que es de tod@s

José Saramago decía que serían los pesimistas los que podrían cambiar al mundo, pues los optimistas están muy bien con el mundo tal cual está.

México

Una pregunta sin respuesta (aún…)

ante la barbarie que aún hoy vivimos (morimos), yo siempre regreso a esa pregunta y no puedo evitar que el desánimo y el absurdo me sobrecojan. Pareciera que de pronto el mundo ya no es digno de la palabra, que actos tan viles como estos no tienen otra posible réplica más que el silencio perpetuo

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El país del desgarro… y la dignidad

¿Cómo realizar la utopía de la dignidad y la justicia en medio de un país donde la corrupción es ley, donde la violencia nos asola y nos penetra hasta el alma?

De nuevo el miedo… de nuevo la esperanza

De nuevo pienso que debemos romper con la estrategia del miedo que el poder propone para legitimar su tormenta. Debemos romper actuando con nuestra digna rabia, nuestra impaciente esperanza y nuestro legítimo grito de rechazo hacia lo que es injusto, hacia lo que no nos deja existir como queremos. Debemos ir más allá del odio, encontrar en las calles, en el otro, en nosotros, de nuevo la esperanza.